El alga nori, con la que se enrolla el sushi

Las algas son deliciosas, sanas, con poco contenido de grasas, muchos minerales, fibra, antioxidantes y con proteínas de alta calidad de manera que se conocen como la «verdura del mar». En general, hay muchas formas y técnicas para aprovechar su potencial culinario, de manera que para los grandes cocineros es todo un aliciente a la hora de elaborar con ellas los platos más imaginativos y al mismo tiempo, capaz de despertar una sensación de frescura y de mar, auténticas. Ciertamente las algas son parte fundamental de la dieta japonesa, pero en la Costa Brava y en Galicia se han comido desde siempre.

La utilización de la nori (su color va desde el rojizo al marrón, verde oscuro o negro) no tiene por que ser exclusiva para el sushi (se utiliza para enrollar). También encajan a la perfección con guisos, pastas, sopas y ensaladas (primero hay que remojarlas unos minutos), por su sabor delicado y fácil de digerir, así como por su riqueza en proteínas. Se pueden freír para hacer un atractivo aperitivo, con pimienta u otras especias. Igualmente, se pueden elaborar sopas y purés, añadiéndolas a la cocción en el último momento para que cuezan solo unos minutos. Si se compra en forma de copos, no hace falta nada más que espolvorearla sobre cualquier plato o guiso. Y salteada se puede añadir a otras verduras y vegetales. En patés vegetales se puede añadir a cualquiera, como el paté vegetal de champiñones. Es básico utilizar poca cantidad, ya que son un alimento muy concentrado tanto en nutrientes como en sabor y cunden mucho. Con apenas unos gramos se obtiene un gran aporte de minerales y vitaminas.

Ayuda a adelgazar y a reducir las grasas y la tasa de colesterol, estimula el sistema inmunológico, previene la caída del cabello, fundamental en las dietas de los deportistas... El alga nori, como otras algas, es una fuente de salud. A la hora de comprobar su calidad hay que ver si está bien seca, de color brillante (verde al trasluz) y de textura homogénea.

Japón, Corea y China son los mayores productores, siendo las más baratas y de mejor calidad las de China y Corea. Aunque también se cultivan en otros países, entre ellos el nuestro donde su consumo cada vez tiene más «admiradores».