La alimentación de Cantabria

Entre los años 60 y 70 del siglo pasado, unos investigadores americanos, los esposos Key, visitaron algunos países mediterráneos y estudiaron a fondo el asunto y realizaron diversas publicaciones en las que atribuían esa buena salud cardiovascular a la forma de vida de los habitantes de los países mediterráneos. Es de resaltar que ellos siempre hablaron en sus publicaciones de la 'Mediterranean way' (la manera o el estilo Mediterráneo), no de la 'Mediterranean diet'(Dieta Mediterránea).

La forma de alimentarse en los países que visitaron los esposos Key hace ya bastantes décadas tiene poco que ver con la estructura de lo que hoy se conoce oficialmente como Dieta Mediterránea. Además, existe una gran variedad en la forma de alimentarse entre diferentes países mediterráneos. No se come igual en Creta, Francia o España. Incluso hay diferencias notables dentro de un mismo país. No se come igual en la Toscana, que en Sicilia; ni en Andalucía, que en el País Vasco. Existen muchas diferencias en el estilo de vida y en la alimentación a lo largo y ancho de la cuenca mediterránea.

En España algunas regiones han comenzado a definir las peculiaridades culinarias y saludables de su gastronomía tradicional: la Dieta Atlántica en Galicia, la Dieta de la Dehesa en Extremadura y ahora le toca el turno a la Dieta de Cantabria.

¿Cuál es la alimentación más saludable? Es difícil de saber, pero hay un dato que sí nos puede servir: la longevidad de sus habitantes. Japón y España son los países donde la gente vive más y eso solo se puede achacar a nuestra peculiar forma de alimentarnos. Es decir, si la gente de una determinada región vive más, es que su alimentación (amén de otros factores, como la calidad de la atención sanitaria) es más saludable.

Pero no hay que confundir vivir muchos años, con vivirlos con salud. Por eso el concepto más útil es considerar la esperanza de vida en buenas condiciones, con calidad de vida.

Los ciudadanos de Cantabria tienen un elevada esperanza de vida, con buena calidad, que ha pasado de 79,2 años en 1999 a 83,6 años en 2019. Hoy cualquier habitante de Cantabria puede esperar superar los ochenta años de edad en buenas condiciones. Por eso hay que comer como se ha comido en Cantabria toda la vida y, siempre que sea posible, debemos consumir los alimentos criados, cultivados, pescados, elaborados y conservados en Cantabria, como se ha venido haciendo desde siempre.