Masterchef se rinde a la anchoa en su emisión desde Comillas

Tras un pequeño altercado y con los nervios a flor de piel, el equipo azul (del que forma parte el cantante cántabro) liderado por Eduardo Navarrete terminó el primer plato: 'anchoas del cantábrico con pan de miel de liébana y mousse de quesuco ahumado'. «Ya entiendo porque salen tan caras las anchoas», repetía una y otra vez Carmina Barrios mientras limpiaba cuidadosamente cada filete. Bustamente le explicó que un familiar suyo «las limpiaba con un trapo seco, por eso son tan valiosas». El encargado de poner nota al plato fue el propio Revilla: «Con esta mercancía no se puede fallar», espetó el presidente a la juez Samantha Vallejo-Nágera. La nota final fue un 7,5. «He notado la mano de Bustamente», confesó el presidente.

Mientras el equipo rojo, liderado por Belén López, trataba de ponerse de acuerdo para ver quién hacía qué, Revilla aprovechaba para hacer una de las cosas que mejor se le da, promocionar Cantabria. Es más, consiguió convencer a Vallejo-Nágera de qué su próximo destino vacacional fuese la región. «Yo ya lo tengo claro», aseguró ella. Tal era el guirigay en las cocinas de los dos equipos, que el chef del Cenador de Amós, Jesús Sánchez, tuvo que echar una mano en los fogones para intentar que todo saliese a pedir de boca. Y también aprovechó para dar una buena noticia (que ya adelantó El Diario Montañés hace dos semanas) a los cántabros que residen en Madrid. «Cantabria es infinita, y por eso queremos llevar una parte de ella a la capital», apuntó el chef que tiene tres estrellas Michelin y tres soles Repsol.

Y por fin llegó el primer plato del equipo rojo. 'Maganos rellenos en salsa de tinta con patatitas y alioli verde'. María Teresa Noceda Llano, alcaldesa de Comillas, fue la encargada de valorar la vianda. Y les dio una de cal y otra de arena. «Todos hemos coincidido en que de sabor estaba bueno pero la salsa no estaba como tenía que estar». En favor de los concursantes, Noceda reconoció que su exigencia era mayor porque está acostumbrada a la cálidad cántabra, pero aun así sentenció que los aspirantes «se podrían haber esmerado más».

Navarrete tuvo que ejercer de líder y parar los pies a Victoria Abril que se reveló en el emplatado. 'Jarrete de Ternera de Tudanca con tinto de Liébana y mini verduritas asadas con mantequilla pasiega'. En este caso, el Consejero de Desarrollo Rural, Guillermo Blanco, quedó encantado. «Es un plato excepcional, la carne y la salsa muy buenas». Y es que, los productos regionales son envidiables. «Tenemos una tierra con un suelo muy fértil y con un clima extraordinario», dijo Blanco aprovechando el prime time.

El equipo de Belén López tenía una oportunidad de oro con su último plato. Un clásico entre los clásicos. 'Quesada pasiega con helado de avellana y limón y cerezas impregnadas con orujo de Liébana'. Pero no aprovecharon la oportunidad. Javier López Marcano, consejero de Turismo de la región, tuvo que ser sincero y reconocer que «la quesada no estaba cuajada». Por lo que el postre realmente no estaba terminado. No fue el día del equipo rojo. Y tuvo consecuencias.

Los jueces hicieron una valoración de todo el trabajo realizado y no todo fueron buenas palabras. Pero es cierto que escucharlas junto al Capricho de Gaudí, lo hace más llevadero. El equipo azul ganó la prueba y por consiguiente los aspirantes del rojo se enfrentaron a la prueba de eliminación. Terelu Campos, que formaba parte de los azules, se emocionó al ganar la prueba. Y es que ella también tiene una conexión con la región. Su único tío paterno vivió más de 50 años en Santander y falleció el año pasado. Por eso quiso dedicar la victoria a toda su familia, que son «su pilar más importante». Además, confesó que la capital de Cantabria también es muy especial para ella porque se casó en el Palacio de la Magdalena con el padre de su hija. «Me enorgullece que todos los invitados me siguen recordando que fue la boda en la que mejor han comido».