La anchoa con mantequilla y café de Catalina

En esta ocasión, la conservera santoñesa que dirigen Silvia Ruiz y Adolfo Belaustegui y que este año cumple 25 'primaveras' pone en el mercado un producto realmente innovador y que se inspira en el café que a media mañana tomaban las sobadoras en su descanso acompañado de una anchoa.

Adolfo confiesa que, tras meses de ensayos y catas, ha llegado el momento de comenzar con su comercialización. Pero antes quiere resaltar la importante colaboración que han alcanzado para desarrollar este proyecto con dos empresas más que centenarias de la región: Café Dromadario (1871) y La Pasiega de Peña Pelada (1917).

Ayer, en el restaurante El Riojano, que dirige Carlos Crespo, todos los implicados y este medio tuvimos la oportunidad de probar las primeras anchoas definitivas. Además de los citados Adolfo y Carlos, también estuvo presente Fernando Franco, director de fabricación de Café Dromedario. No pudo acudir César Ruiz de La Pasiega de Peña Pelada.

El producto final va más allá de las anchoas con mantequilla, que también Catalina ha desarrollado con éxito. En esta ocasión, el dulzor de la mantequilla elaborada en La Cavada encuentra su sintonía con un café cien por cien arábica de Colombia con un cuerpo y acidez medias.

En boca, la degustación sorprendió agradablemente a todos los asistentes, ya que aparece el café pero sin amargor, recordando en el paladar a un toffee o a un caramelo de café con leche. En el retrogusto, quedan las sensaciones dulces de la mantequilla y la moderada acidez del café. Y todo ello, como 'envoltorio' de unos filetes de anchoa de calidad, limpios y sabrosos.

Este nuevo producto, que no incrementa el precio habitual en el que se mueve Catalina, se presenta en formato de octavilla (8 filetes) y hansa (12-14 filetes).

Además, Catalina incorpora a su catálogo unas gildas 'premium' con anchoa entera, piparra de Navarra y aceituna de Jaén.