'Cantabria gastronómica, Cantabria feliz'

Si nos vamos 15 años atrás la situación era realmente diferente; había, por supuesto, buenos restaurantes, pero pocos que sirviesen como reclamo turístico para visitar nuestra región. Hoy la oferta es realmente alentadora, desde un tres estrellas Michelin hasta cualquiera de esos magníficos lugares donde podemos degustar un suculento cocido montañés o alguno de nuestros espectaculares pescados del Cantábrico. Con el trabajo y el empeño de muchos profesionales del sector se ha conseguido que Cantabria sea un destino que se elige por lo bien que se come. Pero, ojo, no está todo hecho; la formación de profesionales sigue siendo una asignatura por aprobar y es necesario continuar con el trabajo desde todos los lados.

En el ámbito agroalimentario los cambios se producen a una velocidad vertiginosa; raro es el mes que no aparece una nueva empresa, una nueva iniciativa con un interesante proyecto..., nuevos vinos, nuevas cervezas, quesos que ganan premios internacionales, nuevas creaciones con carne de nuestras vacas, presencia de nuestras anchoas en los más importantes foros gastronómicos, aparecen nuestros pescadores con reconocimientos más que merecidos, chocolates y cafés que traspasan nuestras fronteras, sidras que, a pesar de ser minoría compiten con las más afamadas, limones que buscan un valor añadido, una huerta con varias certificaciones de calidad…

En fin, no acabaría nunca de detallar las empresas y productos agroalimentarios que disponemos en nuestra región. En esto sí que somos ricos; pero hay que cuidarlo y no vale sólo culpar a la Administración de todos los problemas. Nosotros como ciudadanos y consumidores debemos de fomentar y contribuir al aumento del consumo de los productos de nuestra tierra. No estoy diciendo que lo comamos o bebamos sólo porque es de aquí…, sino porque es bueno y nos gusta.

En los últimos tiempos, además se está produciendo una corriente favorecedora para estos dos sectores de los que he hablado, se sientan en las mismas mesas, comparten espacios en común, disfrutan juntos en foros y debates. Y el más claro ejemplo lo teníamos hace unos días en Puente Viesgo, en Sabor en Cantabria. La Administración –consejerías, ayuntamientos, grupos de acción local…– y la empresa privada, remando en la misma trainera con un objetivo común: ganar la regata, conseguir una Gastronomía Feliz para Cantabria. Yo al menos lo fui durante esos dos días.