San Antón y las gallinas

San Antonio Abad, su nombre de verdad, es un santo popular y protector de los animales. Antiguamente a él se le encomendaba sobre todo «el chon», y actualmente prácticamente solo las mascotas. Y tal santo tiene sus refranes: «Por San Antón toda la gallina pon», que es el más conocido, pero existen otros: «Por San Antón la gallina pon, por Nochebuena la buena y por la Candelaria la buena y la mala»; o «Por San Antón, la gallina pon y si no, retortijón», augurando futuro inmediato en la cazuela para la que no pusiese huevos por esa fecha.

Llegado el otoño, las gallinas «perdían la pluma» y pasaban por una fase llamada «que vendimiaban», coincidiendo con la época de la vendimia, dejaban de poner o lo hacían en escasa cantidad durante un tiempo, recuperando el plumaje. Y reiniciaban la puesta a mediados o finales del mes de enero, sobre la festividad de San Antonio Abad.

La razón estriba en que las gallinas necesitan horas de luz para estimular su puesta, dado que ésta activa sus hormonas implicadas en la reproducción. No olvidemos que los huevos, aunque nosotros los vemos como producto gastronómico, para ellas son su mecanismo de procreación. Lo ideal para su puesta es disfrutar de 14 horas de sol, y ya por San Antón nos acercamos a 10 horas.

Las gallinas destinadas actualmente a la producción de huevos están instaladas en naves con temperatura constante y con luz artificial, durante un mínimo de 14 a 16 horas.

Un recuerdo especial se merece la «gallina pedresa», autóctona de nuestra tierra cántabra, pudiéndose encontrar alguna en Asturias, o en el norte de Castilla y León. También se la ha llamado 'cuca', y de esta denominación se ha generalizado el llamar la atención a las gallinas sueltas, para que se acercasen, por ejemplo a comer el maíz, con la frase «cuca, cuca, cuca».

Aparece en los textos de los años 30 del siglo pasado de escritores tan nuestros con Manuel Llano o Francisco Cubría, y más posterior es muy interesante el estudio de Benito Madariaga de la Campa sobre la raza pedresa, que data de 1961.

De un tamaño no muy grande, la pedresa se adapta muy bien a nuestro clima y sabe ganarse muy bien la vida ella sola por el campo, precisando pocos cuidados y mantenimiento. No es muy ponedora y su carne es roja y firme. Ha estado a punto de extinción, pero ha surgido más de una asociación que han logrado su recuperación, llegando incluso a celebrarse actualmente certámenes de campeonatos de gallinas pedresas.

Fue primero el huevo que la gallina

¿Cuál fue primero el huevo o la gallina? Esta duda ya se la había planteado Aristóteles, llegando él a afirmar que el hombre precede siempre al esperma, o lo que es lo mismo, la gallina precede al huevo.

En fechas mucho más cercanas, Stephen Hawking y Christopher Langan concluyeron que fue primero el huevo que la gallina. David Papineau, filósofo académico del King's College de Londres también opina que primero fue el huevo. Pues parece ser, que esta clásica duda o cuestión esta solucionada.