Aperitivo, picoteo y tardeo en el jardín de El Nuevo Molino, en Puente Arce

El Hórreo, un bistró con un menú diario muy asequible, abrirá cuando se permitan los interiores. Por ello, el esfuerzo se ha puesto en la terraza-jardín, donde se ha realizado una inversión para mejorar su confortabilidad. Así se ha creado un espacio agradable donde poder disfrutar al aire libre del aperitivo, comer a base de raciones clásicas y originales, hacer una sobremesa sin prisa o apuntarse a la nueva moda del 'tardeo'. Con tal fin, además de las mesas del jardín, se ha instalado una tarima de madera que delimita un espacio a modo de comedor que en unos días será cubierto con unas velas y también será iluminado.

En este nuevo espacio, el cliente puede disfrutar de una cocina amable, interesante, más desenfadada, pero con la calidad y regularidad de un restaurante de gran nivel. El precio medio puede oscilar entre los 24 y los 30 euros. La mayor parte de las especialidades son raciones concebidas para compartir entre dos o más comensales.

Sin duda, como indica el propio Toni González, «lo que más solicitan los clientes son las clásicas rabas de calamar y nuestras croquetas, las mismas que en el restaurante gastronómico. La ración es de ocho unidades. Además contamos con platos específicos para la terraza para los que empleamos las mismas materias primas que en la carta del restaurante».

Destacan el 'jamón' de tudanca (cecina); el plato de jamón ibérico bellota; las anchoas; los mejillones con gazpacho de jalapeños; el salmón marinado con vinagreta de tomat; el tataki de atún con sésamo y wakame; una ensalada caprese con burrata, tomate, albahaca y piñones; la tortilla vaga de bacalao, patata y pimientos; unos clásicos callos guisados; las patatas bravas; o los tacos de costilla de tudanca con mayonesa de chipotle.

También juega aquí el chef con el producto de temporada, como manifiesta en unas alcachofas salteadas;en los espárragos naturales o en una original coliflor frita que acompaña de salsa romesco.

En carnes, Toni González propone las mini hamburguesas de picaña, pepino y mostaza; un espectacular cochinillo frito; y el chuletón de vaca de raza tudanca con patatas y pimientos, el mismo que este año ha incorporado también a la carta del restaurante gastronómico.

Aunque se trata de un picoteo, los postres son de mucho nivel y apetecibles. Algunos ejemplos: helado de queso con coulís de frambuesa;bizcocho de zanahoria con crema de queso; tarta de queso, crumble y puré de frambuesa; brownie con helado de chocolate blanco o tarta de limón.

En definitiva, una alta cocina en calidad pero más informal y a unos precios amables en un contexto espectacular. Merece la pena.