Los bares de pueblo, punto de encuentro con una «evidente función social»

Uno de los objetivos de esta propuesta de ley es luchar contra la despoblación, pues hay estudios que reflejan claramente que en los municipios donde se cierra un bar o una tienda pequeña, los vecinos abandonan el lugar más rápidamente que donde se mantienen abiertos.

En estos locales el cliente disfruta de cierta libertad, fuera del control de su vida diaria, imperando las bromas, conversaciones fuera de las habituales del hogar, cotilleos y todo ello muchas veces por el precio de unos simples vinos. Se trata de locales con decoraciones 'sui generis', con calendarios, baldosas con frases ocurrentes, estanterías con botellas, cuadros baratos, fotografías de los clientes considerados importantes, y un largo etcétera de otros detalles típicos. No faltando en cuanto el mobiliario la máquina de tabaco, la tragaperras y un televisor en una repisa.

En Cantabria, dejando aparte los ubicados en poblaciones de 200 o menos habitantes, tengo la sensación que se está experimentando un auge de consumo y afluencia de clientes a los bares de los pueblos. Bien es cierto que el informe Nielsen refleja que el gasto por cliente en los bares ha disminuido de 95 a 67 euros mensuales, pero el aumento de clientela está generando mayores ingresos.

Actualmente el cliente ha cambiado su tendencia en el momento de salir o disfrutar, eligiendo menos la noche y consumiendo más por el día. Actualmente son las cervezas, las bebidas no alcohólicas y el vino lo que más se consume, y por ende, las principales fuentes de ingreso en los bares, habiendo decaído de forma evidente en el consumo de copas nocturnas.

Los bares que se han sabido adaptar, ofreciendo las posibilidades de comer algo atrayente, están aumentando claramente su clientela, pues al cliente actual se le ofrece todo en el mismo establecimiento, por un precio mucho más moderado, e incluso puede disfrutar en el postre de una copa. A todo ello, se debe añadir el no tener que pagar por el aparcamiento, pues su ubicación suelen tener posibilidades del mismo gratuito.

Pero ojo, los precios deben ser moderados, pues la tendencia actual es el aumentar el número de visitas a estos establecimientos a costa de no gastar más en cada una de ellas. Según el estudio realizado por Facua-Consumidores en Acción en 580 bares y cafeterías de 14 de poblaciones españolas, ha encontrado una diferencia en los precios de un 400% entre los más caros y los más baratos. A destacar que el precio medio de un café se establecía en 1,18 euros y el de una caña en 1.46 euros. Os invito a comparar con vuestro bar de cabecera, y que los responsables de éste mediten al respecto.

Nos vendrá bien el recordar lo que decía Gabinete Caligari en 'Al calor del amor en un bar':

Los bares, qué lugares

tan gratos para conversar.

No hay como el calor

del amor en un bar.

Amor, no he sabido encontrar

el momento justo

pues con el frío de la noche

no estaba a gusto.

Mozo,

ponga un trozo

de bayonesa y un café,

que a la señorita la invita Monsieur.