![La Bien Aparecida, un gran valor añadido para la leche de pastoreo](https://s1.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/202103/06/media/cortadas/62666480-k9qH--1248x830@Diario%20Montanes.jpg)
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Alejados del mundanal ruido, en un paraje natural ubicado en la localidad de Carasa (Junta de Voto) y a orillas de la desembocadura del río Asón, José Luis Thomas y María Antonia Salcines están al frente, desde 1980 de la Granja La Ponderosa, una explotación ganadera que da valor añadido a la leche de pastoreo mediante una línea de producción de elaboraciones lácteas bajo la marca comercial de La Bien Aparecida que tiene una amplia presencia en Cantabria y regiones limítrofes.
Además de la variedad y calidad de las elaboraciones de La Bien Aparecida, así como de su trayectoria de más de cuatro décadas, su singularidad está en la materia prima, una leche de pastoreo propia fruto del rendimiento de una cabaña de 270 reses, fundamentalmente frisonas y cruces de éstas con raza flevick, que pastan libremente en una superficie de 90 hectáreas.
Como sucede en algunas ocasiones, el guión de este proyecto no estaba escrito, porque José Luis, natural de Santander, estudió Económicas, y su esposa, María Antonia, de San Román de la Llanilla, cursó estudios de Pedagogía. Recuerda José Luis que «mi padre tenía esta finca desde 1962 y, aunque era catedrático de matemáticas, este mundo le gustaba. Hasta mediados de los setenta mantuvo una explotación bastante moderna, pero la cerró. Y, fue cuando terminé la carrera, seducido por la posibilidad de vivir en el campo, al aire libre, cuando nos decidimos venir a Carasa. Empezamos cultivando maíz y con terneros de carne. A pesar de la tradición de Cantabria con las vacas de leche, no quería ser esclavo de ello y siempre pensé que si lo hacía tenía que ser con una profesionalización que te permitiese tener empleados y disfrutar de una cierta calidad de vida».
La ganadería se especializó en la producción láctea y creció hasta que las cuotas lácteas a finales de los ochenta y noventa representaron un obstáculo para crecer. Thomas y Salcines se plantearon entonces mantener el tamaño de la explotación y «finalizar el producto», darle ese valor añadido que se podía logran con las elaboraciones lácteas.
«Viajamos, vinos otras experiencias, estudiamos, buscamos asesores y transformamos una antigua zona de cuadras en áreas de producción. Y así, en 1999 salimos al mercado con leche pasteurizada, yogur natural y queso fresco. Curiosamente, nuestra previsión es que la leche fresca funcionase más que nada, porque la leche UTH la había barrido. Pensábamos que la gente iba a regresar a consumirla, pero no fue así».
Siempre los primeros pasos son complicados. «Salimos casi al mismo tiempo que los Bio de Danone, pero creo que nuestro éxito y buena acogida en el mercado estuvo, además de en la calidad, en la presentación del yogur, en tarro de cristal y con un formato de 250 gr en lugar de 125. Hay que hacer cosas diferentes en formato, en calidad y en precio», señala Thomas.
«La gente nos empezó a ver como algo diferente, nuestro producto es menos ácido, más asequible a la hora de comerlo, no es preciso echar azúcar. Es un sabor al yogur que antiguamente se hacía en casa. Y además, teníamos el marchamo de marca de Cantabria y eso se valoró por el cliente desde el primer momento», apunta María Antonia.
En la actualidad la amplia gama de productos de La Bien Aparecida se puede contemplar en lineales de la mayoría de las grandes superficies, en tiendas de alimentación, comedores colectivos e incluso en hostelería.
Desde el año 2000 la gama fue creciendo paulatinamente, se sumaron los yogures con fruta, los yogures batidos, el arroz con leche, el kéfir, los productos latinos como el queso campesino o el queso doble crema, siempre a partir de leche pasteurizada.
La empresa acusó la crisis de 2008, pero supo resistir, como lo ha hecho ahora con la pandemia por el covid. El año 2020, con el repunte del consumo doméstico por el cierre de la hostelería, la demanda ha crecido hasta el punto de convertirse en el mejor ejercicio desde 2008.
En La Ponderosa trabajan 15 personas, tres con la granja y el resto en la producción láctea, administración y distribución propia en dos furgonetas. Destaca José Luis Thomas que «tenemos un equipo de profesionales muy comprometidos y prueba de ello es que no hemos tenido incidencia alguna con el covid».
Con cerca de trescientas reses, si el proyecto de comercializar carne sale adelante, La Bien Aparecida podrá dar continuidad a su constante compromiso por desarrollar nuevas líneas de negocio. No todas salen adelante, como sucedió, por ejemplo, con unas natillas, pero un buen ejemplo de la apertura de nuevos mercados es la línea de productos denominados 'latinos' destinados principalmente al cliente inmigrante. Así, en los últimos años La Bien Aparecida está comercializando con éxito un queso fresco campesino, un queso doble crema estilo mozzarella, un queso fresco costeño, un quesillo cuajado, nata nica y un yogur batido kumis. «En estos casos, ponemos a su alcance productos y sabores típicos de sus países con los que están familiarizados», afirma José Luis Thomas.
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