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Antonio del Campo y Sofía Ginegra Cagigal Durán examinan el viñedo. DM
Bodega Bahía de Santander: las viñas crecen y el proyecto enoturístico adquiere forma
Cantabria en la Mesa

Bodega Bahía de Santander: las viñas crecen y el proyecto enoturístico adquiere forma

Castanedo ·

Antonio del Campo, tras sumar 13 hectáreas para plantar más vides y terminar la bodega, mira al futuro de los vinos de Cantabria con ilusión

José Luis Pérez

Santander

Viernes, 7 de junio 2024, 16:15

Antonio del Campo Lavín (53 años) contagia el entusiasmo con su proyecto Bodega Bahía de Santander, que desde hace seis años desarrolla en la finca Vista Alegre, en la localidad de Castanedo (Ribamontán al Mar). Su ilusión es que los vinos de Cantabria en general sean reconocidos por su calidad y ganen presencia en el mercado lo que en los últimos años le han llevado a participar de forma activa en cualquier iniciativa que redunde en pro del sector. Después de una paciente espera, sus primeros vinos ya están embotellados y a disposición de quien quiera disfrutar con la frescura y carácter atlántico de sendos monovarietales de godello y de riesling.

Antonio, a quien acompaña en esta 'aventura' emprendedora la joven Sofía Ginebra Cagigal Durán (26 años), es ingeniero técnico agrícola y polifacético profesional: ha estado al frente de un vivero 25 años, ha vendido agroseguros, está al frente de una posada rural, El Pozo, con seis habitaciones y cuatro apartamentos –en Castanedo– y, en su poco tiempo libre, también ejerce de carpintero.

Por su parte, Sofía estudio periodismo, hizo un máster de periodismo deportivo en el Real Madrid, y se ha incorporado al proyecto con el fin de dar soporte al proyecto enoturístico de la bodega.

En el caso de Antonio, su vínculo con el mundo del vino se fortalece «cuando hago una vinificación, la experiencia es tan brutal como emocionante que te lleva a una locura como ésta».

Arriba, dispositivo que por gravedad permite el movimiento del vino entre depósitos dentro de la bodega. A la izquierda, el edificio de nueva planta que en cuya planta inferior está la bodega y en la superior un gran salón para eventos. Y, a la derecha, vista panorámica del viñedo y la bahía desde la bodega. DM
Imagen principal - Arriba, dispositivo que por gravedad permite el movimiento del vino entre depósitos dentro de la bodega. A la izquierda, el edificio de nueva planta que en cuya planta inferior está la bodega y en la superior un gran salón para eventos. Y, a la derecha, vista panorámica del viñedo y la bahía desde la bodega.
Imagen secundaria 1 - Arriba, dispositivo que por gravedad permite el movimiento del vino entre depósitos dentro de la bodega. A la izquierda, el edificio de nueva planta que en cuya planta inferior está la bodega y en la superior un gran salón para eventos. Y, a la derecha, vista panorámica del viñedo y la bahía desde la bodega.
Imagen secundaria 2 - Arriba, dispositivo que por gravedad permite el movimiento del vino entre depósitos dentro de la bodega. A la izquierda, el edificio de nueva planta que en cuya planta inferior está la bodega y en la superior un gran salón para eventos. Y, a la derecha, vista panorámica del viñedo y la bahía desde la bodega.

En 2018 plantó las primeras vides –dos hectáreas– en la mies de Castanedo, pero los resultados no fueron los esperados y las terminó por arrancar. La oportunidad de adquirir una finca de una hectárea en ladera con una orientación a la bahía de Santander le empujó a plantar una hectárea en el Barrio de Vista Alegre. Eligió las variedades riesling y godello, que ha empezado a vinificar por separado y que comercializa con el nombre de 'Santa Marina' (8.000 botellas).

La finca tenía un edificio-vivienda que ya se ha rehabilitado, pero la 'locura' fue más allá. Lo que iba a ser una bodega de 50 m2 se ha convertido en un edificio de nueva construcción de 450 m2 . Se trata de un bodega por gravedad con 12 depósitos que permiten manejar un volumen de 40.000 litros.

Ampliación

Estas instalaciones, que actualmente sobrepasan la capacidad de producción propia, «están abiertas a todo el que llame a la puerta», comenta Antonio. De hecho ya hay varios viticultores de la región que vinifican aquí mientras que, con otros, Antonio comparte tecnología de uso puntual.

Pero el futuro de Bodega Bahía de Santander pasa por las 13 hectáreas de eucalipto que acaba de adquirir en las que tras el corte correspondiente, se van a plantar vides para completar una superficie de 21 has (7 en arrendamiento) con las que se estima que a medio plazo la producción propia de la bodega alcance la cifra de 90.000-100.000 botellas.

Antonio y Sofía tienen plena confianza en el suelo arenoso con una base de caliza, un factor que favorece el crecimiento de la viz ya que es muy drenante por capilaridad y mantiene la humedad, no así el agua. Además, el viento 'gallego' ayuda a limpiar el aire de los racimos, lo que explica que este viñedo precise menos tratamientos, algo positivo.

El complejo, además de la citada vivienda, cuenta con una planta encima de la bodega con grandes posibilidades para celebrar eventos, a lo que se suman sus ampliar terrazas y el aparcamiento para medio centenar de coches y un autobús. A estos se sumará un espacio lúdico, una parra con uva de mesa, ideal para disfrutar de un cóctel al aire libre con vistas a la Bahía de Santander.

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