Más bonito

Comenzamos. Estad muy atentos porque es muy sencillo. Lo primero que vamos a hacer es preparar nuestra propia salsa de tomate que os va a resultar tan fácil que lo vais a hacer cada semana y solo por el resultado merece la pena.

Aprovechando que el tomate está también en uno de sus mejores momentos, esta salsa es una de esas cosas que nunca deberían faltar en la nevera de cada casa. Muy versátil y con multitud de aplicaciones en la cocina. Vamos a hacer una básica enriquecida con hortalizas que aportan mucho sabor y ayudan a dar una buena textura, y que al bonito le van de cine. También se puede aromatizar con hierbas frescas, dar un toque picante o emplear otras verduras. Ya sabéis lo que os digo siempre, que amoldéis las recetas que os doy a vuestros gustos.

Vamos a utilizar unos seis tomates de calibre mediano que estén maduros, rojos. Los pelamos, troceamos y reservamos. En una cazuela con un par de cucharadas de aceite de oliva y a fuego medio, vamos a añadir un par de cebollas picadas y un pimiento verde, además de un par de zanahorias en rodajas finas. Esto va a aportar un toque diferente a la salsa porque el dulzor de las zanahorias va a equilibrar la acidez del tomate.

Lo rehogamos todo hasta que la cebolla empiece a coger un tono marrón, no queremos que se queme, sí que se caramelice, porque también le aporta un plus de sabor a la salsa. Añadimos el tomate troceado, bajamos el fuego y vamos removiendo de vez en cuando, durante el tiempo que necesite para que el tomate vaya perdiendo todo el agua y se vayan concentrando los sabores. Con paciencia, con el 'chup chup' de toda la vida, es la mejor manera de que nos quede una salsa bien rica.

Llegado ese momento, retiramos la salsa del fuego y la pasamos por el pasapurés, para evitar trozos grandes y nos quede bien fina, la volvemos a poner al fuego y la dejaremos otro buen rato a fuego muy lento, moviendo de vez en cuando para que no se pegue. Es el momento de probar y rectificar. Añadimos sal, pimienta y un poco de azúcar si vemos que el ácido es demasiado potente. Particularmente me gusta un poco más ácido que dulce, sin que parezca una mermelada.

Tenemos la salsa y ahora nos queda el bonito. Para esta receta suelo utilizar el cogote, es muy jugoso y me parece que queda espectacular. Lo primero que vamos a hacer es limpiarlo bien, quitarle la piel y las espinar -aunque esto se lo podéis pedir a vuestro pescadero-, y lo cortamos en trozos de ración. Aunque os parezcan grandes no importa porque os quedarán mas jugosos.

Lo marcamos en una plancha muy caliente, unos segundos por cada lado, y cuando digo unos segundos no son más de seis. Queremos sellarlo y dejarlo totalmente crudo. Una vez lo tengamos todo marcado lo metemos en nuestra salsa, bien caliente, ahí terminará de hacer en su interior. Lo servimos rápidamente para que no se pase y ponemos un buen cesto con pan, porque esta salsa es de las de mojar en condiciones. Veréis que resultado tan bueno.