Bonito del norte, un pescado azul y rico en grasas saludables

También destaca su contenido en proteínas de alto valor biológico, esto quiere decir que el tipo de proteína es muy completo, muy rico en aminoácidos esenciales.

Si estudiamos sus vitaminas más abundantes, predominan las vitaminas del grupo B (B1, B2, B3, B12…) muy importantes para el funcionamiento del sistema nervioso e inmunitario y para el aprovechamiento de otros nutrientes como como grasas o proteínas.

También posee una importante cantidad de vitaminas, especialmente vitaminas liposolubles (solubles en la grasa) como la vitamina D, que favorece la fijación del calcio en los huesos, y la vitamina A, que participa en numerosas funciones del organismo como el crecimiento y las reparación celular de la piel, las mucosas y los huesos, la visión, el equilibrio hormonal o el funcionamiento del sistema inmunitario.

Los minerales en mayor cantidad en este pescado son el potasio, que participa en el equilibrio hídrico y la función del sistema nervioso y muscular, el fósforo, esencial para el mantenimiento de huesos y dientes, el magnesio, indispensable en el músculo, nervios e intestino. También es rico en hierro (transporte de oxígeno) y selenio (metabolismo de las grasas).

El bonito, como cualquier alimento de origen animal, no contiene fibra, pero su contenido en magnesio y el hecho de ser rico en grasas hacen que tenga cierto efecto laxante.

Existe una contraindicación y es que aporta gran cantidad de purinas, por lo que conviene limitarlo o evitarlo en caso de tener ácido úrico alto.

Al ser un alimento con gran contenido graso, tiene mucho sabor, ya que las grasas son las que principalmente aportan palatabilidad a los alimentos, por lo que un bonito a la plancha, o cocinado de una manera sencilla, será suficiente para disfrutar de su potente sabor.