Bonobo, donde lo sencillo siempre es apetecible en Suesa

Desde 2021 ·
Alfonso Ruigómez cree que «la cocina te da algo que no te da ningún otro trabajo. Te engancha»

José Luis Pérez

Santander

Jueves, 16 de noviembre 2023, 15:06 | Actualizado 17:55h.

Después de una vida llena de experiencias y de 11 años al frente del Baruco, Alfonso Ruigómez buscaba un local con otras dimensiones, en el que pudiera dar respuesta a la demanda de una clientela fiel que se había forjado en Anero a base de ... propuestas sencillas, de corte básicamente tradicional pero sin renunciar a introducir algún toque de autor en algunos platos, y, sobre todo, muy apetecibles. Y fue cuando surgió en Suesa la oportunidad de coger el timón de lo que en su día fue el bar La Pola. Una acertada reforma, unas versátiles instalaciones –incluida la terraza que da mucho juego con el buen tiempo– y el mismo estilo de cocina han sido claves para que Bonobo se haya convertido en una referencia en la zona.

Aunque profesionalmente Alfonso se inició en el Fausto e hizo prácticas con el recordado Nacho Basurto en La Cúpula, el instinto para proponer platos ricos a sus clientes seguramente lo ha heredado de su madre, una gran cocinera a la que tiene admiración en esta faceta. Posteriormente trabajó en Inglaterra en un restaurante con estrella Michelin y también preparando bocadillos. Regresó a Santander, trabajó en La Sal, ejerció de comercial y de azafato de avión y de barco. Pero, como el mismo afirma, «la cocina te da algo que no te da ningún otro trabajo. Te engancha». Así que volvió a casa y cogió el Baruco.

Imagen secundaria 1 - A la izquierda, risotto con hongos de temporada. Y, a la derecha. bacalao con pisto. — A la izquierda, risotto con hongos de temporada. Y, a la derecha. bacalao con pisto. DM

Imagen secundaria 2 - A la izquierda, risotto con hongos de temporada. Y, a la derecha. bacalao con pisto. — A la izquierda, risotto con hongos de temporada. Y, a la derecha. bacalao con pisto. DM

Especialmente ilusionado con esta nueva andadura, el chef formula una cocina «muy de producto, de pescados al horno, de buenas carnes y, sobre todo, soy un gran defensor de los platos de cuchara, cocidos montañés y lebaniego, sopas. En verano trabajamos mucho con el bonito, que ahora empleamos para las albóndigas. Y también estamos orgullosos de nuestros callos, hay clientes que vienen expresamente a comerlos».

Que no se pierda lo antiguo

Convencido de que «la fusión es muy esclava», no duda el chef en afirmar que «son de los que quiero que no se pierdan los platos de siempre, lo antiguo». Y un buen ejemplo de ello es la sopa de pescado, los canelones o los pimientos rellenos de bacalao.

Una deliciosa sopa de pescado con carabineros y gambas no es fácil de encontrar hoy por hoy en la mayoría de los restaurantes. Es uno de esos platos que apenas se elaboran en las casas y que cuenta comer fuera. También resulta interesantes degusntar el risotto de hongos de temporada, los canelones de pato gratinados con bechamel, el puding de cabracho, el pulpo sanabresa (al estilo zamorano con ajo y huevo), la ensaladilla rusa o las carrilleras y el secreto ibérico. Otras de las especialidades que tienen mucha demanda son las hamburguesas, de costilla ibérica, gourmet e infantil.

En postres, triunfan la tarta de queso, la mousse de arroz con leche y el brownie de chocolate.

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