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Así es Burdo, el restobar de moda de Liencres

La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

Miércoles, 13 de julio 2022, 14:48

La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.
La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

Salmorejo con jamón frito y huevo rallado. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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Salmorejo con jamón frito y huevo rallado. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.
Salmorejo con jamón frito y huevo rallado. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

Ensalada de tomate. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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Ensalada de tomate. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.
Ensalada de tomate. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.
La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.
La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.
La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

Los propietarios de Burdo son David Gómez Iglesias -que además es el jefe de sala- y Manuel Martín Ocáriz -jefe de cocina-. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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Los propietarios de Burdo son David Gómez Iglesias -que además es el jefe de sala- y Manuel Martín Ocáriz -jefe de cocina-. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.
Los propietarios de Burdo son David Gómez Iglesias -que además es el jefe de sala- y Manuel Martín Ocáriz -jefe de cocina-. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.
La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.
La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

Cachón en su tinta con arroz. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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Cachón en su tinta con arroz. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.
Cachón en su tinta con arroz. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

Tarta tatín Burdo. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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Tarta tatín Burdo. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.
Tarta tatín Burdo. La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.
La cocina de Burdo, en Liencres, no pasa desapercibida para el cliente que valora la frescura y calidad del producto y el tratamiento exquisito y elegante del mismo para conseguir el máximo de matices de sabor y textura en la mesa. Este restobar, que inició su andadura en agosto de 2018 y que ha tenido que luchar a brazo partido contra los efectos de la pandemia -entre otros, siete meses de cierre-, ha conseguido, sin embargo, consolidarse con un referente por su interesante propuesta gastronómica en la que la parrilla juega un papel clave.

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