El Burrito Loco que comparte los sabores de México

El restaurante de la semana ·
Paco González tomó el relevo de su hermano Luis y tiene una rica trayectoria en el sector hostelero

José Luis Pérez

Santander

Lunes, 10 de junio 2024, 15:09

La sencillez y la honestidad caracterizan la propuesta gastronómica mexicana que formula el pequeño restaurante El Burrito Loco en Guarnizo, muy cerca del polígono industrial y junto a la carretera que lleva a Renedo de Piélagos. Nos encontramos ante una cocina correctamente elaborada, respetuosa con los conceptos, con variedad de referencias y con una relación calidad-precio muy respetable. Platos tradicionales del país azteca, sin frivolidades ni inventos, sabores esperados en un ambiente amable. Aquí podemos disfrutar con antojitos, tostadas, quesadillas, tacos, diferentes tipos de raciones, cócteles, tequilas, postres e incluso café al estilo mexicano, con canela y clavo, de puchero pero a partir de la materia prima de Dromedario.

Es una propuesta para todas las edades, ya que gusta a los niños, para quienes hay un menú infantil (nachos con queso, quesadilla de jamón york, taco de pollo y postre), como para los mayores, que pueden profundizar en la carta para quedarse con el menú degustación para dos personas a un precio de 31 euros (sin bebida). Este consta de nachos con queso y guacamoles, tostada de atún, quesadilla sencilla, quesadilla sincronizada, taco de carnitas, taco de pollo chipotle y postre de la casa.

Imagen de Galeria — Nachos de queso y guacamole.

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Pero si un valor añadido tiene El Burrito Loco es su propietario, un veterano de la hostelería, a cuya manera de entender/atender al cliente se suma un relato, fruto de una dilatada trayectoria en el sector y de una amor a la profesión. Se trata de Francisco, pero es más conocido como Paco, González Rascón (75 años), originario de Chihuahua, pero cuya vida ha transcurrido en la región salvo diez años en los que regresó a México.

Está al frente de este negocio desde 2019, cuando cogió el relevo de su hermano Luis, que lo abrió en 2005 y lo mantuvo hasta que falleció ese año. También dirige con su hermana Felisa en Santander el Mar de Cortés y otro hermano suyo, José, tiene El Bigote Mexicano en Liérganes.

De muy joven empezó a trabajar en El Molino de Víctor Merino, en 1970. Luego estuvo en el Hotel México, en El Navío de Suances, en el Iris de Santander y con su hermano Luis tuvo el restaurante Jockey en Torrelavega. Al regresar de México tuvo restaurantes en Bilbao y Castro, también trabajo el ocio nocturno, y ahora, se encuentra muy a gusto en este negocio donde prepara personalmente cada margarita que le piden: «He llegado a preparar en un día 68», comenta Paco orgulloso, al tiempo que recuerda que su segundo apellido, Rascón, es originario de la zona de Ampuero.

Paco cuenta con un memoria prodigiosa y conoce en profundidad las claves de la cocina del país que le vio nacer. Afirma que «de lo bueno a lo exquisito hay al menos uno o dos escalones», por ello le gusta perfeccionar cada plato y no descarta, en la medida que las circunstancias se lo permitan, introducir otros platos de la cocina mexicana con pescados o incluso con mariscos. Entre tanto su apoyo en la cocina son Lily Borges, una joven venezolana que domina perfectamene la carta, y, desde estos días, su hijo, Nacho, que ha cerrado ciclo en Colindres, donde tenía un restaurante también mexicano, Paso del Norte, para echar una mano a su padre y, en un futuro, dar continuidad al negocio.

Hay muchos restaurantes mexicanos, pero este tiene su enjundia.

Guarnizo