Cachopos XXL con sello de calidad en el Mesón Cántabro de Torrelavega

«El secreto de este producto es una buena materia prima», explica Óscar, debutante en el concurso y muy satisfecho por haber conseguido el triunfo. «En mi caso, siempre es esa carne, de tudanca DO, el queso de nata también DO, la cecina de León y los pimientos, caramelizados». Acompañan a este espectacular cachopo, para dos personas en su formato XXL, unas patatas, huevo frito y ensalada cántabra. Por supuesto para beber, sidra.

«El cachopo requiere su mimo», asegura el cocinero «y un empanado especial para que todo el interior esté jugoso. Primero hay que pasarlo por pan rallado, luego envolverlo en el huevo y el siguiente paso y final antes de freírlo, volver a pasarlo por el pan rallado». Un buen aceite remata la labor. «Y una salsa, con queso de cabrales es el acompañamiento perfecto».

Pero el Cántabro, aunque el cachopo es uno de los platos preferidos, «antes de la pandemia solía servir una media de 30 a la semana», también es un punto perfecto para el picoteo, y para el «vermuteo». La carta aquí es tan variada como clásica: croquetas, asadurilla, callos, albóndigas, tablas de ibéricos y de quesos, setas, rabas, mejillones en salsa o a la vinagreta. No obstante, el cachopo «es sin duda la especialidad», con jamón y queso, de cecina y queso de cabra, con bacon y queso.

Y en el menú del día (tres primeros y tres segundos, 10 euros) no suelen faltar cocido montañés, entrecot o las albóndigas de pescado. Especiales, el lechazo, cochinillo y el cabrito (previo encargo).