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Desde primera hora de la mañana, las instalaciones de Campoberry, en la pequeña y rural localidad de Güemes (Bareyo), son un foco de actividad laboral para aproximadamente un centenar de personas que se ocupan en la agricultura. Desde allí salen en diferentes vehículos y furgonetas ... las cuadrillas de operarios en dirección a varias fincas de la propia localidad de Bareyo y de otros municipios para recoger arándanos, la que se ha llegado a calificar como 'la fruta del siglo XXI' por algún nutricionista.
Todos los trabajadores son foráneos, mayoritariamente mano de obra femenina, extranjeros que apenas hablan y entienden español pero que se manejan «mejor que nadie» a la hora de la recolección manual en el campo. El colectivo mejor representado es el de mujeres de Marruecos, en concreto de la zona de Marrakech, que han llegado hace unos días en avión hasta Santander, ex profeso –un año más– para hacer la temporada del arándano;el resto, subsaharianos de Gambia y Senegal, algún rumano y prácticamente ningún español, salvo en las oficinas y en la planta de selección y envasado.
Los trabajadores temporales se alojan en las instalaciones que tiene la propia empresa en los bajos de la fábrica de envasado y de las oficinas o en bungalows ubicados en el entorno. Hacen jornadas de ocho horas aproximadamente para salir a final de mes por unos 1.200-1.300 euros, una cifra que explica el atractivo que supone para ellos venir a España ya que en su país el sueldo al que pueden aspirar apenas llegará a los 200-300 euros. Como señalan los responsables de la empresa con orgullo, «todos tienen sus papeles en regla y están deseando volver al año siguiente. Algunas ya llevan más de cinco temporadas viniendo y cuando se despiden lo hacen con cierta pena».
El promedio de recogida por persona y día es de 50-60 kg de arándanos, aunque en un caso las manos más expertas de un operario llegaron a registrar un récord de 105 kg.
¿Y por qué no hay trabajadores españoles se preguntará más de un lector? «Por lo general, no están preparados para este trabajo en el campo. Hemos tenido estudiantes, gente de aquí que está en el paro, pero no se adaptan al trabajo y a los pocos días renuncian. Tenemos el récord por abajo en 13 kg al día. Con esas cifras esta actividad no es viable».
El sueldo puede oscilar dependiendo de los días de trabajo a la semana, ya que con lluvia y las plantas mojadas no se puede recolectar. Aquí el trabajo es totalmente manual, recogiéndose uno a uno estos frutos rojos de apenas 2,5 gramos de peso que hacen las delicias de cada día más personas, también de nuestro país. Su presencia en las fruterías y en los lineales de las grandes cadenas de supermercados es habitual, sobre todo en estos meses cuando es la temporada alta para los productores de proximidad.
El consumo en España se ha incrementado notablemente en los últimos años. Antes la mayor parte se exportaba a países anglosajones
El arándano ecológico tiene un precio de unos 10 euros/kg, mientras que el convencional oscila en torno a los 8 euros/kg
El arándano ha dejado de ser un producto exótico que se consumía casi de forma exclusiva en los países anglosajones, tanto en crudo como en mermeladas y otras elaboraciones de cocina. La tendencia ha cambiado en la última década y una prueba de ella es el balance de la comercialización de los arándanos de Campoberry. Lo explica uno de sus socios, Juan Rueda: «En nuestros inicios, el 10% de la producción era para el mercado nacional y el 90% para la exportación;esto ha cambiado radicalmente, en la actualidad, el mercado de proximidad representa el 60%, mientras que la exportación se lleva el 40%». Y si se le pregunta cuál es la tendencia de cara al futuro, Juan no duda: «Lo mejor es vender la mayoría en un mercado cercano, porque así el producto llega el mejores condiciones al cliente». Hoy por hoy, Campoberry suministra a las cadenas de BMSupermercados y de Lupa.
Campoberry es una empresa relativamente joven que comenzó su actividad entre 2009 y 2010, pero las inquietudes de sus socios-propietarios, los ya citados Juan y Eduardo, que están más en el día a día de la compañía, como de Montse y Pedro, la han convertido en su sector una gran referencia en el norte de España. Las cifras lo dicen todo. Han pasado de recoger y comercializar 11.000 kg en su primer año, hace poco más de una década, a cifrar su producción en 330 toneladas en 2022.
Este año su estimación es alcanzar las 370 tn como señala Eduardo López, quien, junto a Juan Rueda y a los hijos del primero, Eduardo –responsable de maquinaria, siega o tratamientos– y Dani –coordinador de los trabajos y libros de campo–, son el núcleo duro de una organización que requiere mucha logística y programación. Un día fuerte pueden darse salida desde la fábrica de Güemes más de cuatro mil kilos de arándanos conveniente procesados, envasados y etiquetados de acuerdo con las características de cada cliente. Y no todos llegan desde la misma finca ni son de la misma variedad.
En la gestión está una de las claves del éxito de Campoberry, así como en la fábrica que levantaron en el año 2018 y donde tienen una moderna maquinaria de selección y envasado, así como las condiciones de temperatura y humedad que salvaguarden el mejor modo posible de conservar lo recolectado.
El arándano es una baya que crece del pequeño arbusto homónimo de la familia de las ericáceas del género Vaccinium, que alcanza de 25 a 50 cm de altura. Este género está formado por una docena de plantas que producen bayas de color oscuro, azuladas o rojizas, ricas en antocianos, pigmentos vegetales que les confieren su color característico.
Desde que se hicieron las primeras plantaciones en Güemes hasta hoy, Campoberry ha crecido en superficie plantada exponencialmente. En la actualidad cuentan con unas 60 has en plena producción y 15 has de primer año. En este sentido hay que tener en cuenta que el arbusto del arándano requiere unos tres o cuatro años para que tenga un ritmo de producción adecuado.
De todas las hectáreas, ocho son propias de Campoberry y el resto de una veintena de asociados, a los que en muchos casos Campoberry les plantó la finca y ahora les recogen la fruta y se la comercializan. Este es un servicio que caracteriza a la firma y que le ha permitido crecer.
Algo más del 60% de toda la producción está certificada en ecológico, lo que puede llegar a cifrarse este año en unas 240 tn. Este dato, además de abundar en la calidad del producto, representa un valor añadido ya que el precio del arándano convencional en origen está en torno a los 8 euros/kilo, mientras que el ecológico se paga a 10 euros/kilo.
Estos precios pueden oscilar ligeramente a lo largo de la temporada de recolección, que se prolonga en el caso de Cantabria en general y de Campoberry en particular, desde comienzos del mes de junio a los primeros días de noviembre.
Lo explica con detalle Eduardo López:«Nosotros entramos en escena, es decir, comenzamos a recoger y a comercializar nuestros productos en junio, cuando ya ha terminado la temporada en la zona de Huelva. Nuestra actividad más intensa se prolonga durante cinco meses ya que trabajamos con variedades de arándanos tempranas, medias, tardías y extra tardías. En concreto, ahora estamos recogiendola variedad new hannover, que es la más temprana junto con duke, reka, legacy o liberty. Más adelante les llegará el turno a las plantas de sky, aurora y ozark blue, y terminaremos la temporada con la centrablue».
Cada variedad tiene sus características y en una cata degustación en paralelo pueden llegar a diferenciarse por matices ligeros de textura, acidez, dulzor... En cualquier caso, el esplendor del arándano se registra en pleno verano, a partir de estas semanas, siempre que se haya dejado madurar en el arbusto. No es una fruta, como otros casos, que se puede coger en verde y que luego madura en los almacenes o congeladores. Además, no evoluciona después de haberse cogido: si la recolectas ácida, seguirá siendo ácida.
Sin embargo, cuando su precio se dispara es en otoño, cuando empieza a escasear y empiezan a faltar en los mercados la competencia de los países del norte de Europa y del este. En las cámaras el arándano aguanta bastante bien, incluso hasta un mes dicen los expertos. Sin embargo, en Campoberry no les gusta conservar el arándano. Lo que tiene el calibre para comercializar, sale lo más rápido posible a sus destinos.
Lo que han descartado en Campoberry, aunque hicieron años atrás algunos ensayos, es su transformación y aprovechamiento para elaborar otros productos como zumos o mermeladas. «Ese es otro mercado, otro negocio, donde no podemos estar. Tenemos bastante con lo que hacemos. En el caso de los frutos que la máquina descarta para comercializar, el destrío, lo vendemos a una empresa navarra que elabora zumo de arándanos», señalan Juan y Eduardo.
Campoberry comenzó el pasado otoño a plantar nogales pecanos con el objetivo de contar con otro producto que complemente el negocio de los arándanos y que permita prolongar durante dos meses el mayor ritmo de actividad recolectora y comercializadora en Güemes. Inicialmente se han plantado 5 has, pero el proyecto es alcanzar las 40 has.
Las nueces pecanas son el fruto del pecano, un árbol originario de América del Norte que se puede adaptar bien a la zona. De sabor similar a la nuez tradicional pero más dulce, estas nueces del tamaño de una bellota rompen fácil y están consideradas un producto premium cuyo precio puede alcanzar los 40€/kg. La idea de Juan y Eduardo es comercializarla ya descascarillada y embolsada.
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