Casa Enrique, sabor y confort en un negocio familiar centenario

El restaurante de la semana ·
Este establecimiento, ubicado en Solares, es un icono de la gastronomía tradicional de la región gracias a una cocina casera que respeta el producto

José Luis Pérez

Santander

Martes, 4 de julio 2023, 15:13

Ahora que tan de moda están las listas, las clasificaciones y la práctica de encasillar a los restaurantes por su estilo y calidad, surge el debate sobre los sitios que son tan incuestionables como Casa Enrique. Fiel a la tradición, a la cocina de siempre, ... al respeto por la materia prima y al perfil de negocio familiar, donde el trato directo de sus responsables con el cliente convierte cada visita en un recuerdo gastronómico imborrable, este más que centenario restaurante con hotel de Solares es una visita obligada para cualquier amante de la buena mesa. Aunque el concepto de continuidad defina con rigor sus propuestas en el día a día, no cabe duda que en la cocina, en la sala y en las instalaciones siempre se ha producido una adaptación a los tiempos.

La carta de Casa Enrique es suficientemente extensa como para poder recurrir a ella en diferentes ocasiones a lo largo del año y presenta novedades al hilo que van llegando los productos de temporada como pueden ser las angulas, los perrechicos, los bocartes y el bonito.

Los guisos son el hilo conductor de una carta repleta de platos muy apetecibles en toda circunstancia

El que nunca falla es el guiso de carico montañés, que aquí elaboran con extremo mimo, con una textura cremosa admirable y con un sabor inconfundible. Para acompañarlo se sirven aparte unas piparras que dan alegría, ese toque picante, a cada cucharada.

Pero antes de pedir este plato casi obligatorio, en cada mesa del comedor de Casa Enrique se presenta el aperitivo por excelencia de este negocio, la mantequilla para untar. Es de La Pasiega de Peña Pelada, en la localidad próxima de La Cavada.

A partir de aquí, ya es el cliente el que tiene que elegir según sus preferencias y gustos del día. De cuchara también se ofrece una sopa de pescado y para compartir son ideales las raciones de jamón ibérico cortado a cuchillo, la cecina de León, las anchoas del Cantábrico, la ensalada mixta, la ensaladilla rusa o los pimientos de Isla asados.

Imagen principal - Arriba, los famosos caricos. A la izquierda, albóndigas de ternera con crema de patata. A la derecha, tupinamba, el mítico postre casero de la casa. — Arriba, los famosos caricos. A la izquierda, albóndigas de ternera con crema de patata. A la derecha, tupinamba, el mítico postre casero de la casa.

Imagen secundaria 1 - Arriba, los famosos caricos. A la izquierda, albóndigas de ternera con crema de patata. A la derecha, tupinamba, el mítico postre casero de la casa. — Arriba, los famosos caricos. A la izquierda, albóndigas de ternera con crema de patata. A la derecha, tupinamba, el mítico postre casero de la casa.

Imagen secundaria 2 - Arriba, los famosos caricos. A la izquierda, albóndigas de ternera con crema de patata. A la derecha, tupinamba, el mítico postre casero de la casa.

En el capítulo de fritos no fallan las rabas de calamar fresco, los langostinos a la gabardina y las croquetas cremosas de centollo o de cecina. Otros entrantes interesantes son los pétalos de haba salteados con jamón y yema de huevo, el pisto de calabacín a la bilbaína acompañado de pan frito o los huevos al plato con foie. También las almejas a la sartén o en salsa verde son un entrante que se pide con frecuencia para compartir.

Estos dos pescados son la principal referencia de Casa Enrique en el capítulo marino. La merluza de anzuelo se prepara rebozada, a la romana o para el relleno de unos pimientos con rape y gambas. En el caso del bacalao, se propone, desde la cocina que llevan Mercedes y Emilia, a la plancha con refrito, en salsa de tomate casero y en salsa vizcaína.

La casquería nunca genera indiferencia, pero para los incondicionales de estas elaboraciones aquí tienen un paraíso: desde los callos con una patata panadera y huevo, hasta los sesos de ternera rebozados, la lengua de ternera rebozada o en salsa de tomate casero, los riñones de ternera al Jerez con arroz blanco, las mollejas de lechazo empanadas o salteadas con setas.

En carnes, el solomillo de vaca se sirve también con tosta de foie y hay buen guiso en las albóndigas con puré de patata y en las carrilleras de cerdo ibérico estofadas.

Dejen hueco para el postre, tupinamba. Si no la conocen, ¡descúbranla! Para golosos.