Castilla Termal: Una carta muy autóctona y sin florituras

El chef Ignacio Gutiérrez apuesta decididamente por el producto local para que la propuesta gastronómica tenga identidad

José Luis Pérez

Jueves, 31 de octubre 2024 | Actualizado 01/11/2024 16:36h.

No es cierto que comer en un hotel sea necesariamente una experiencia no recomendable. Hay establecimientos que decididamente –y no lo ocultan– apuestan por el alojamiento y que nos se quieren complicar la vida con la restauración más allá de dar los desayunos. Pero hay hoteles o pequeñas cadenas como Castilla Termal que sí se preocupan porque su oferta gastronómica tenga personalidad y para ello se esfuerzan en contar con cocineros con inquietudes y con ganas de hacer 'cosas' diferentes. Frente a las cocinas monótonas y rutinarias están otras que huyen de la 'quinta gama' y pone su foco en el producto local, en las empresas o elaboradores artesanos de proximidad. El objetivo final, algo que tampoco ocultan porque es lícito, pasa tanto por dar satisfacción al cliente alojado y evitar que salga a comer o cenar a establecimientos del entorno, como captar la atención del cliente local no alojado, quien generalmente solo se fija en estos sitios para organizar alguna celebración familiar.

Ignacio Gutiérrez Simón está al frente de la nave entre los fogones y a sus 35 años destila ilusión, tanto a la hora de participar en concursos de cocina –en unos días representará a Cantabria en el Campeonato de España de Pinchos que se celebrará en Valladolid– y con la renovación de la carta que ahora pone en marcha.

La actualización pone mucho énfasis en el producto local, un hilo conductor que da coherencia y demuestra compromiso con los elaboradores. El resultado es más que satisfactorio a partir de una cocina de base tradicional, sin artificios ni florituras, con respeto a la materia prima.

La cadena Castilla Termal cuenta con otros cuatro hoteles (Olmedo, Monasterio de Valbuena, Burgo de Osma y Brihuega) y tiene programadas dos nuevas aperturas. Cada uno tiene su estilo gastronómico, siendo este de Solares con mucho fondo de armario de Cantabria.

Especialidades

El Manantial, nombre del restaurante, ofrece de arranque unas anchoas de Mingo; el queso Divirín al horno con mermelada de tomate; el pudin de cabracho; la ensalada de burrata con tomate y boquerones; las croquetas de jamón ibérico y una tabla de cecina de León.

Boletus laminados a la plancha con un huevo poché y aceite de oliva y Torrija de sobao pasiego IGP. DM

Como entrantes destacan las rabas de magano con cebolla frita; los boletus de aquí laminados y preparado a la plancha con un huevo poché; el cocido montañés con su compaño; la sartén de huevos con patatas y chorizo de Potes; la hamburguesa de tudanca a la brasa con queso de nata pasiego; la tabla de quesos de Cantabria; una salteado de verduras de temporada; un arroz de perdiz y setas de temporada; los torreznos de Soria y las alcachofas a la brasa con paleta ibérica.

En el capítulo de pescado, el de lonja, del día, se prepara generalmente a la brasa con unas patatas panaderas. Además, son habituales el machote con un bisquet de nécoras, almejas y torreznos de pulpo; el bacalao con tomate y pimientos de Isla; el pulpo a la brasa con patatas asadas y un tataki de atún rojo con crema de aguacate.

Chuletón IGP

El buque insignia en el ámbito de las carnes es el chuletón de vaca de raza frisona con IGP Carne de Cantabria que suministra a Castilla Termal la cooperativa AgroCantabria. Además el equipo de cocina también ofrece solomilla a la brasa, presa con salsa de escabeche y chuletillas de lechazo a la parrilla.

El rincón dulce

La tarta de queso, la torrija de sobao pasiego IGP, la tarta de hojaldre de mantequilla de Liérganes o el queso de La Pasiega con dulce de membrillo y nueces harán dudar a los clientes a la hora de decidir qué postre pedir.