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Todos los días deberíamos de comer algo de cebolla. Este bulbo pertenece a la familia de las liliaceas junto con sus primos el ajo y el puerro con quienes comparte tantos efectos saludables. Para consumirla debemos procurar que sea un bulbo firma y sin brotes. Da igual la variedad, va en gustos, pero la más saludable al parecer es la roja. Incluso valen las mezclas, por ejemplo, combinar con cebollas dulces.
La cebolla (por cada 100 gramos) tiene muy pocas calorías (38 Kcal) es ideal para quienes quieren reducir peso. Contiene fibra muy saludable (1,6 gramos) y es beneficiosa para el microbiota intestinal. Ojo, que hay personas en las que su aparato digestivo no tolera bien la cebolla, ni cruda ni cocinada. Tiene minerales y vitaminas a destacar respectivamente el calcio y las vitaminas del grupo B, en especial la B6. Tiene pocas proteínas (1,2 gramos), casi nada de grasa (0,25 gramos) y algo de carbohidratos (8,6 gramos).
Sobre todo, la cebolla contiene una serie de compuestos antioxidantes y antiinflamatorios y esencias volátiles, sulfurosas que son responsables de sus propiedades saludables y de que hagan llorar al irritar los ojos. Son interesantes dos consideraciones. Por una parte, que algunos de estos agentes beneficiosos se inactivan por el calor excesivo. Por eso las cebollas las debemos consumir crudas o cocinadas a baja temperatura, como la fritura a fuego lento. Además, si se va a consumir cruda es importante trocearla o cortarla en láminas finas unos minutos antes. Y dejarla reposar. Al romper sus estructuras celulares se liberan enzimas, como la Alinasa, que favorecen la liberación y activación de muchas de sus propiedades.
La cebolla es muy versátil, combina con casi todo y se puede consumir de muchas maneras. A mí me gusta en vinagreta triturada junto con tomate, pimiento verde y una guindilla, un poco de aceite de oliva virgen y algo de vinagre. Esto de aperitivo, junto con una aceitunas prepara nuestro aparato digestivo para la comida e induce una cierta sensación de saciedad.
También la podemos poner en nuestras ensaladas y en las guarniciones de carnes y pescados.
Este es el enorme listado de algunos de los beneficios que se atribuyen al consumo diario y moderado de cebolla. Mejora de la circulación sanguínea ya que reduce la presión arterial, previene la formación de trombos y controla el colesterol. Es buena para la salud ocular, efecto desinfectante y antibacteriano y antioxidante, protege contra la catarata y las alteraciones de la retina. Es diurética y depurativa. Un efecto sorprendente es que estimula en el hombre la producción de testosterona, por lo que aumenta la libido y la potencia sexual. Tiene un cierto efecto somnífero a causa de su contenido en triptófano, un aminoácido y sedante natural, precursor de la melatonina. Mejora la piel y el cabello por sus componentes azufrados. Reduce el riesgo de algunos tipos de cáncer como el de colon.
No lo duden programen la cebolla en sus menús diarios del hogar y toda la familia se verá favorecida.
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