El sector agroalimentario de Cantabria muestra músculo

Sin duda, se trata de una muestra de la fortaleza de un sector en crecimiento, en el que muchos emprendedores han visto una oportunidad y un estilo de vida, y que para Cantabria resulta estratégico en la medida que genera empleo, riqueza y la posibilidad de conquistar nuevos mercados. También contribuye a fijar la población al medio rural, evitando así un éxodo que de otro modo sería imparable y generaría preocupantes desequilibrios sociales y económicos en el territorio.

Cantabria, por sus características de región pequeña pero con una pluralidad de escenarios productivos que permite disponer de materias primas casi de todo tipo, no puede ofrecer producciones a gran escala. Por contra, las elaboraciones con sello de origen de Cantabria son más limitadas en volumen, pero de gran categoría. Los alimentos de Cantabria destacan, no tanto por sus precios, como por su singularidad y calidad diferenciada. Esto responde a que se trata en la mayoría de los casos de producciones artesanales.

El mercado local y regional es el principal destino de estos productos, pero, en los últimos años, las empresas con mayor capacidad y estructura organizativa están comenzando mirar al exterior con el objetivo de dinamizar el sector de las exportaciones, que siempre representará un valor añadido en la facturación global. La exigencia de esos mercados y de sus clientes limita solo a las empresas más competitivas y con un nivel que raye la excelencia una presencia dinámica y efectiva.

En este sentido, desde la propia Consejería de Medio Rural, Pesca y Alimentación, así como desde la empresa pública Sodercan, se han hecho importantes esfuerzos para que las empresas de la región puedan acudir y obtener contactos provechosos en ferias internacionales especializadas donde sondear a nuevos clientes. Hay países y mercados que objetivamente son buenos destinos para los productos de Cantabria.

Vinculado a estas nuevas oportunidades, el sector agroalimentario también afronta un sereno pero necesario relevo generacional que ayude en la transición hacia modelos más modernos y más dinámicos. Las nuevas tecnologías, el comercio electrónico y un packaging competitivo son también terrenos en los que hay camino por recorrer.

Productos de Cantabria como los que pueden contemplarse, en muchos casos probar y adquirirse durante estos tres días en la Feria del Producto de Cantabria representan un orgullo para la región, pero no debe olvidarse que su competitividad debe estar avalada sobre manera por la calidad, tanto en ingredientes como en procedimientos.

Otro modo de demostrar la competitividad está en los premios, sellos de calidad y en las certificaciones. En ese sentido, desde la Oficina de Calidad Alimentaria de Cantabria se mantiene el control de los sellos de calidad. En este sentido cabe recordar que Cantabria cuenta con cuatro Denominaciones de Origen Protegida (queso de nata de Cantabria, queso Picón Bejes-Tresviso, quesucos de Liébana y Miel de Liébana); otras cuatro Indicaciones Geográficas Protegidas (sobao pasiego, vino de la Tierra Costa de Cantabria, vino de la Tierra de Liébana, carne de Cantabria); 15 productos con certificación ecológica en Cantabria: Leche y derivados lácteos, carne de vacuno, equino, ovino, caprino y porcino, carne de avicultura, conservas y semiconservas de pescado, frutas, hortalizas y pequeño frutos, frutos silvestres, setas, huevos, pan, sobaos, miel, mermeladas, café, orujo y sidra; quince alimentos con el sello regional Calidad Controlada: patata, pimiento de Isla, tomates, puerros, miel, embutidos crudos curados de las especies cinegéticas, leche pasterizada, berza de asa de cántaro, aguardiente de orujo, queso de oveja curado, carico montañés, arándano, semiconservas de filetes de anchoa en aceite, huevos de gallinas camperas y limón.

Por otro lado, los galardones conseguidos por las empresas premios Alimentos de Cantabria, ITQi, Taste Awards, Cheese Awards, Afca... son una garantía para el consumidor.