![Cocineros y camareros, a la moda](https://s2.ppllstatics.com/eldiariomontanes/www/multimedia/2023/03/31/cem-moda-3.jpg)
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La chaquetilla y el delantal son dos prendas que pertenecen al código de toda vestimenta de cocineros y camareros. Dos piezas cuyo origen se remonta a varios siglos, reinventadas hoy como reflejo de estilo y revalorización de la cocina y la sala.
El sector está ... cada vez más profesionalizado y esta preparación se advierte en el primer impacto visual cuando accedemos a un establecimiento. Ahora que tanto valor se da a la «experiencia global», llevarse una buena impresión de los detalles y de la decoración y el estilismo profesional forma parte de un acontecimiento que comienza por el concepto del negocio y se completa con el servicio de la sala, el menaje y la propuesta gastronómica de la cocina.
Experiencia y profesionalidad definen a la empresa MultiUniformes, referente dentro del sector del vestuario laboral en Cantabria. Arrancaron en el año 2005 con ropa laboral para los diferentes sectores, entre ellos hostelería. Entonces se vendía un mayor volumen para industria y construcción pero con el crecimiento del sector y el auge del turismo, «la venta está muy igualada», afirma su gerente, Sheila Miguel.
La ropa laboral para el sector de la hostelería, que tradicionalmente se ha diferenciado en el patronaje y en el predominio del blanco y el negro, es de las que más ha evolucionado en diseño y en materiales. Ahora se busca practicidad, estética y comodidad, por eso las corbatas y las pajaritas pierden protagonismo, dando paso a prendas creadas a partir de patrones urbanos, más divertidos y actuales, sin perder de vista la oferta del local, más informal, clásica, vanguardista o de alta cocina.
«Lo primero es tener claro el mensaje que queremos transmitir a los clientes y para ello hay que adecuar la uniformidad a la decoración del establecimiento y al rango de precios de su carta», comenta Sheila Miguel. «No olvidemos que cada vez más restaurantes dejan su cocina vista y hay que seguir un criterio. Siempre les pedimos, a la hora de asesorarles sobre la ropa de trabajo, que es muy importante que nos den pistas sobre la propia distribución del local, la decoración, los colores...».
Las tendencias muestran una clara preferencia por un estilo desenfadado o 'casual'. Los tejidos técnicos deportivos en uniformes para puestos de cocina, lisos o con múltiples estampados; y 'denim' (vaquero) combinado con piel o cuero, especialmente en el delantal, para la cocina, la sala o las barras. De cintura, cruzados, de peto, con arnés... Son una prenda versátil que se ha convertido en accesorio imprescindible para sommeliers, bartenders, baristas, camareros, cocineros... El clásico pantalón chino con camisa o polo de manga larga y corta (en verano), y los trajes de chaqueta para diferenciar a los maîtres o jefes de sala son también las más demandadas.
«La imagen que proyectan los empleados de una empresa siempre influirá en el reconocimiento del sello de su marca», asegura. Y además es de «vital importancia para que los clientes tengan confianza y seguridad en el producto o servicio, o simplemente lo asocien a un tipo de cocina o de oferta en concreto».
Una buena uniformidad laboral influye, también, en la atención al público. «Una imagen cuidada, identificable y acorde tiene un impacto muy positivo en la satisfacción final del cliente, se crea un ambiente profesional y mejora la reputación del negocio. Por eso yo recomiendo no recurrir a lo de siempre y buscar la diferenciación y personalizar los uniformes con bordados, me parece que aporta un punto extra, e incluso, hace marca». Y detalla: «En la nave del Polígono de Heras contamos con un taller propio para personalizar las prendas mediante bordado o estampación textil. Incluir el logo del establecimiento es un valor añadido que proyecta una imagen de equipo».
Una particularidad de estas prendas es que sean cómodas para los trabajadores, pero a la vez duraderas y con una estética actual. «Al personal hay que darle funcionalidad con prendas de fácil mantenimiento. El uniforme de trabajo es una inversión que reporta siempre, pero además es mínima, porque por 50 euros se viste a un camarero o cocinero», añade.
Conscientes de lo que se le debe exigir a un uniforme de trabajo en el sector de la hostelería, MultiUniformes confía en fabricantes españoles como Gary's, que les garantizan no sólo comodidad, funcionalidad, seguridad y rendimiento, sino su reposición. «La uniformidad no es de una sola temporada aunque si existen las tendencias, pero si un cliente nos vuelve a pedir las mismas camisas, pantalones, polos o delantales, lo tienen. Esto no ocurre cuando van a grandes almacenes u otras tiendas de moda», precisa.
Los tejidos que emplean los proveedores con los que trabaja MultiUniformes están avalados por laboratorios españoles como el Instituto Tecnológico Textil Aitex, proporcionando tejidos antibacterias, repelentes a los líquidos, de muy alta transpirabilidad, sin necesidad de planchado, con colores y estampados que no se alteran incluso en lavados a 90ºC, y altamente tolerables a las salpicaduras de productos como la lejía.
«La calidad es una apuesta segura para nosotros, un compromiso, así como la innovación en los tejidos». La microfibra o el tejido 'coolmax' en chaquetillas, blusas o camisas, «son todo ventajas», con una particular propiedad elástica que permite movilidad en 360º.
¿Y el calzado? El uso de zapatos inadecuados entre profesionales que pasan muchas horas de pie causa importantes trastornos físicos y es causa, a menudo, de bajas laborales que podrían evitarse. «Nosotros hemos visto gente con los pies destrozados por utilizar un mal calzado. Lo importante es la prevención, invertir en salud y en calzado homologado y con máximo nivel de agarre o antideslizamiento. Por eso trabajamos con marcas como Skechers, que ofrecen un calzado muy ligero y transpirable, con plantillas que amortiguan la pisada, especialmente diseñadas para ofrecer comodidad y seguridad en sectores como la hostelería y la restauración».
Las zapatillas negras son tendencia absoluta cuando se apuesta por 'looks' más informales, pero si la indumentaria no permite calzado deportivo, el zapato tiene que seguir garantizando la sujeción y comodidad del trabajador, con suelas flexibles y ligeras, acolchadas incluso en el tacón, que por recomendación de podólogos, no debería ser superior a los tres centímetros. «El uso de tacón para estar ocho o diez horas de pie durante la jornada laboral no solo puede provocar numerosas problemas, sino repercutir en rodillas, cadera y espalda», concluye.
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