¿Qué se come en la Tierra Media?

Las mejores hortalizas de los huertos, las setas, el pastel de manzana, el té... El viejo Bilbo se desvive por ofrecer a Gandalf algo de comer. Después, no puede faltar el gran festín y, entre ambas citas, muchas paradas para utilizar las especies con el útimo conejo cazado en zona hostil. Pero, ¿qué se come en la Tierra Media?

El hobbit y las sucesivas historias entrelazadas de 'El señor de los anillos' revelan la importancia de la comida y reflejan cómo su autor, Tolkien, era un gran amante de la gastronomía.

Los aromas de la Tierra Media desprenden olores y gustos asociados al vino y a las frutas dulces de los bosques, la carne seca y los huevos con bacón. El rebosante banquete de queso, panceta, vino y cerveza habita en la frondosa Comarca de los foodies del universo de Tolkien.

Los bajitos de pies grandes, hobbits, acaparan la querencia gastronómica de esta saga universal, muy ligada a la denostada cocina británica. Los quesos, embutidos, frutos secos y conservas se mezclan con la comida mágica, como no podía ser menos.

Es el caso de las lembas o 'pan del camino', a modo de galleta hecha por los elfos; o el cram, «un pan muy duradero, al que no le afecta el moho». Codornices con naranja rostizada, estofado de carne y aguamiel son algunos de los platos ligados a las costumbres de estas criaturas: cultivar cereales, frutas y verduras, criar y cuidar a sus animales y pescar.

Los Hobbits, como los buenos restauradores hoy ascendidos al altar de la gastronomía más refinada, respetan las temporadas de los alimentos y extraen el jugo de los ingredientes más ad hoc. La glotonería queda certificada en sus seis comidas diarias: «El Desayuno, el Segundo Desayuno, el 'Once' o tentempié, la comida, el té de la tarde y la cena, sin descartar un resopón».

¿Un menú representativo del mejor desayuno hobbit?: revuelto de setas –obligado en la dieta Hobbit– huevos y especias, tocino y salchichas como plato principal, y unos scones de calabaza. Buen provecho.