«La evolución de la raza frisona ha hecho posible que la ganadería subsista»

Una nueva jornada la de este lunes, celebrada en el salón de actos de El Diario Montañés y emitida en directo a través de la web, en la que participaron cuatro expertos en la materia para abordar, desde diferentes puntos de vista, datos y aspectos de su introducción a mediados del siglo XIX, así como su evolución y las particularidades de una raza que predomina a nivel mundial, que es eminentemente productiva, llegando a desplazar a otras razas autóctonas que fueron muy predominantes como la roja pasiega, la campurriana o la lebaniega.

'La vaca frisona, un manantial de riqueza que ha hecho historia en la ganadería de Cantabria', fue el título elegido para centrar un discurso en el que, irremediablemente, hubo alusiones al sector de la ganadería en general, a la calidad de la IGP carne de Cantabria y, nuevamente, a los bajos precios de la leche.

Fernando Ruiz, veterinario y gerente de la Asociación Frisona de Cantabria (AFCA) puso en valor el papel fundamental de la sociedad que representa desarrollando un control de rendimiento lechero que permite evaluar genéticamente a esta especie bovina de grandes aptitudes para «depender lo menos posible de terceros países en cuanto a la selección de sementales».

Refiriéndose al momento actual, José Ángel Pereda, ganadero y presidente de AgroCantabria –cooperativa con más de 700 ganaderos en activo y 2.800 socios–, ha admitido que pese a que el sector se encuentra «en una continua problemática en cuestión de rentabilidad, la evolución de la vaca y la raza frisona en concreto, que es la predominante en la industria láctea, ha hecho que la ganadería subsista».

Desde un punto clínico, Álvaro Lagüera, veterinario especializado en esta raza, ha descrito a la frisona como «una vaca fácilmente adaptable, que ha evolucionado muchísimo. La media de producción en los años 80 era de tres mil litros al año y ahora mismo estamos por encima de los nueve mil».

A sus 32 años, Adrián Entrecanales está al frente de Granja Cudaña junto a su padre Ivón, donde cada día ordeñan una media de 207 vacas repartidas en dos granjas. Para este joven ganadero la clave para terminar con los bajos precios de la leche está en la ley de la cadena de valor. «Cada uno tiene una situación y un precio de coste, por eso no somos capaces de ponernos de acuerdo pero son las Administraciones quienes tienen que poner un coste medio de producción y a partir de ahí fijar el precio».