Decálogo para un pincho de calidad
Cantabria en la Mesa ·
El empresario de hostelería debe respetar estas bases que luego el cliente valorará a la hora de escoger dónde hacer la próxima 'parada'Secciones
Servicios
Destacamos
Cantabria en la Mesa ·
El empresario de hostelería debe respetar estas bases que luego el cliente valorará a la hora de escoger dónde hacer la próxima 'parada'Hay ciudades donde los pinchos se han convertido en un reclamo turístico de primer orden. Está plenamente justificado hacer una escapada al barrio viejo -que es dónde generalmente se localizan los bares con más tradición- de muchas ciudades con el objetivo de hacer una ruta ... gastronómica y probar, «hasta que el cuerpo aguante», la mayor variedad de pinchos posibles, siempre atendiendo a la especialidad de cada casa. Logroño y su calle Laurel son un buen ejemplo; San Sebastián no se queda atrás. En Cantabria, también hay zonas, ciudades o establecimientos que se han acreditado por referencias en materia de cocina en miniatura. Una prueba de ello es la buena acogida y el gran nivel que hay cada año en el concurso que convoca la Asociación de Hostelería.
Al respecto de todo ello, los expertos hablan de un decálogo que hay que respetar para conseguir que los pinchos sean de la máxima satisfacción para el cliente, con lo cual, repetirá experiencia.
1
El pincho se preparará en la propia cocina del establecimiento. No se concibe que se compre a un proveedor o que no sea preparado por el personal cualificado del bar o restaurante. En la medida de lo posible, el pincho se elaborará al momento, incluso hay sitios que apuestan por elaborado delante del cliente.
2
El pincho de calidad reflejará la personalidad del establecimiento e incluso evocará su trayectoria. Aunque siempre es preciso innovar y crear nuevos pinchos, cada establecimiento deberá identificarse con sus propios pinchos a partir de un estilo de cocina y de una cuidada selección de los ingredientes.
3
El pincho es alta cocina en miniatura, algo apetecible, pero en su dosis adecuada para que no llegue a saturar. Siempre debe quedar esa sensación de que faltan uno o dos bocados más. Un buen pincho se comerá, según las características específicas de cada uno, en dos o tres bocados a lo sumo. Este se cogerá directamente de la barra o del plato donde lo presenta en camarero porque así lo requiera su elaboración.
4
Detrás –o quizá delante, mejor expresado– de cada pincho hay unos ingredientes, unas materias primas que se habrán elegido en función de su calidad. Para un buen pincho se emplearán productos frescos, y en la medida de lo posible de proximidad. De este modo se reconocerá el producto de temporada y se valorará más el trabajo que hace cada productor para poner al alcance del consumidor bocados de categoría diferencial.
5
Un establecimiento que quiera diferenciarse o sobresalir por sus pinchos estará obligado a tener una barra en constantes movimiento, donde se advierta la frescura de las elaboraciones y en la que haya una reposición constante. No está bien visto que del mismo pincho haya muchas unidades, porque puede interpretarse que hay poca rotación. Lo ideal es que haya pocos pinchos de cada tipo y que presenten en todo momento un aspecto impecable, como si acabasen de salir de la cocina.
6
El camarero que sirve pinchos debe ser ágil y tener una sensibilidad especial, en función del cliente debe saber orientar y explicar el pincho, sus características, sus ingredientes y las técnicas empleadas en cocina para su elaboración. Además, para disfrutar de un buen pincho también es necesario un marco adecuado, un local agradable, limpio, ordenado, donde la seguridad alimentaria esté garantizada, más en los tiempos que corren con el problema del coronavirus.
7
Cada establecimiento debe ofrecer al cliente información clara y accesible sobre los pinchos que ofrece y las bebidas para acompañar. Las listas de precios evitan confusiones y malos entendidos.
8
No resulta agradable que el cliente tenga que apartarse de la barra del establecimiento cuando está consumiendo varios pinchos en compañía de la cuadrilla de amigos o de familiares. El ritual de los pinchos supone su consumo en barra y evitando los platos salvo que el cliente lo pida así. Los pinchos consumidos, así como la bebida, se abonarán al final de la degustación.
9
El hostelero deberá fomentar que se creen rutas de pinchos y para ello es muy conveniente que establezcan lazos de colaboración con otros empresarios de la zona. Al cliente que sale de pinchos le gusta recorrer varios locales próximos y en cada uno de ellos disfrutar con la especialidad de la casa, con la última novedad que hayan incorporado al panel de sugerencias o con el pincho elaborado con el producto de temporada. Además, resulta muy positivo que un hostelero recomiende a sus clientes donde está la próxima 'parada', donde sirven pinchos de calidad, ricos y bien elaborados.
10
Resulta indudable que en aquellas localidad con tradición turística el pincho o la ruta de pinchos son un polo de atracción para muchos clientes foráneos. Por ello, no deben establecerse diferencias entre los clientes locales, habituales, y los clientes de otras regiones o extranjeros. Vivir la experiencia conjuntamente siempre resultará muy enriquecedor para ambas partes.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.