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Como el científico que busca la dosis exacta de componentes y el perfumista que no quiere que su creación sea demasiado dulzona. Así de minucioso es el trabajo de Óscar Solana, propietario de la Taberna La Solía de Liaño (Villaescusa). En la estantería colocada ... detrás de su barra, el cántabro puede lucir, además de botellas de licores, varios premios que le posicionan como uno de los mejores bartenders de nuestro país. Tres veces campeón de España de coctelería, dos veces campeón de Cantabria, premio al mejor gin del mundo con Siderit... Óscar Solana ha sido, además, finalista en diferentes competiciones a nivel nacional e internacional.
Con la larga lista de logros de Solana lo lógico es pensar que lleva toda la vida mezclando bebidas detrás de una barra. Sin embargo, aunque a los 18 años tuvo su primer bar, las circunstancias al convertirse en padre le hicieron alejarse de su pasión para ocupar puestos como comercial. Volvió a coger la coctelera hace ocho años, tras casi una década alejado del sector. Lo hizo abriendo su propia taberna en Liaño, un lugar que escogió principalmente para poder estar cerca de su familia. No obstante, el emplazamiento no parecía garantía de éxito. «Todo el mundo me avisaba del sopapo que me iba a meter apostando por la coctelería en Cantabria y, además, en un lugar como Liaño», recuerda. «En realidad había detrás un proyecto serio en el que quería luchar por mis sueños».
El tiempo le ha acabado dando la razón. «Ahora todos me felicitan por el sitio que escogí para el bar», confiesa. Sobre todo, el bartender hace mucho hincapié en la necesidad del trabajo diario. «Al final los negocios los hacen los profesionales, no los lugares. Muchos restaurantes con estrella Michelin se encuentran fuera de las grandes ciudades», opina.
Uno de los factores que le ha ayudado a consolidarse es que, paulatinamente, la coctelería ha ido en auge tanto en Cantabria como en el resto del país. Al respecto recalca que hayan aumentado los eventos relacionados con el mundo de los licores, la pasada semana, por ejemplo, Solana participó en la feria del certamen que ha organizado la Federación de Asociaciones de Barmans Españoles (FABE) en Zaragoza. «Esencial es el trabajo diario, pero moverse por estos eventos es importante», e insiste en que «no te puedes quedar sentado en una banqueta de tu bar con los brazos cruzados esperando a que te entren clientes. Hay que moverse».
Asimismo, este artista de las bebidas recomienda a todo aquel que quiera formar parte del sector a que busque su propio sello en las creaciones. Solana comenta que su marca está relacionada con el «kilómetro cero», al intentar potenciar el producto de su zona y del resto de Cantabria. «Se trata de que el cliente relacione la bebida con el ambiente», concreta. De hecho, otra de sus ideas es llevar productos de cocina a la barra, como el ajo negro o incluso sobaos.
«Uno de los errores en la coctelería es crear pensando en ti y no en el consumidor», recalca y lo ejemplifica con que «a cada país le gusta los cócteles de una manera. Aquí, por ejemplo, nos gustan más suaves». No obstante, eso no ha sido un impedimento para que su vermú sea merecedor este año de la medalla de plata en la 'International Wine & Spirit Competition' y un oro en el mundial de destilados de Bruselas. «Mi proyecto ha dado un cambio drástico, porque era una bebida para Cantabria, y ahora estoy pensando en llevarla fuera».
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