Una despensa infinita, una garantía para el consumidor

En las últimas décadas, tanto la percepción del consumidor como la realidad socioeconómica del medio rural han evolucionado profundamente. El consumidor ahora se preocupa más por lo que come, por cómo se produce y por la sostenibilidad y respeto al medio ambiente que se procuran en toda la cadena alimenticia. La calidad, en un mercado tan global, es ahora más tan determinante como el precio, porque las alternativas existentes a nuestro alcance son infinitas.

Por otro lado, el medio rural y sus productores han tenido que adaptarse a las nuevas tecnologías, modernizarse, cambiar de mentalidad y estrategias, hacer frente a una competencia feroz y, por ende, diferenciarse para poder sobrevivir.

En este contexto se puede explicar el papel que juegan los sellos de calidad en materia de producción agroalimentaria que regula la Unión Europea -a los que se suman otros propios de las comunidades autónomas como la 'CC' en Cantabria (Calidad Controlada)-.

Los regímenes de calidad de la UE que otorgan seguridad a los alimentos son tres:

- Denominación de Origen Protegida (DOP): La ostentan aquellos productos originarios de un lugar determinado, una región o, excepcionalmente, un país, cuya calidad o características se deben fundamental o exclusivamente a un medio geográfico particular, con los factores naturales y humanos inherentes a él, y cuyas fases de producción tengan lugar en su totalidad en la zona geográfica definida. España cuenta con 102 DOP's, de las cuales cuatro están localizadas en Cantabria: Queso de Nata de Cantabria; Queso Picón Bejes-Tresviso; Quesucos de Liébana y Miel de Liébana.

–Indicación Geográfica Protegida (IGP): La ostentan aquellos productos originario de un lugar determinado, una región o un país, que posea una cualidad determinada, una reputación u otra característica que pueda esencialmente atribuirse a su origen geográfico, y de cuyas fases de producción, una al menos tenga lugar en la zona geográfica definida. España cuenta con 94 IPG's, de las cuales en Cantabria hay dos: Sobao pasiego y Carne de Cantabria. Además, asociado a este concepto, en vinos hay dos Indicaciones Geográficas, Vinos de la Tierra Costa de Cantabria y Vinos de la Tierra de Liébana.

- Especialidad Tradicional Garantizada (ETG). Esta tercera figura y menos arraigada, se refiere a productos en los que no se hace referencia al origen, sino que tiene por objeto proteger los métodos de producción y las recetas tradicionales. En España solo hay cuatro registrado (jamón serrano, panellets, tortas de aceite de Castilleja de la Cuesta y la leche certificada de granja).

A estas cifras es preciso sumar los vinos con Denominación de Origen Protegida (97), Denominación de Origen (68), con DO Calificada (2), Vinos de Calidad con Indicación Geográfica (7), los Vinos de Pago (20), los que tiente Indicación Geográfica Protegida (42), Vinos Aromatizado con IG (1) y Bebidas espirituosas con IG (19). En total, 159 sellos registrados en este apartado ante la UE.

Por la subjetividad en el criterio de 'calidad' de los alimentos y la dificultad de los consumidores para comprobar por sí mismos la calidad superior y las características que los diferencian de otros productos similares, es necesario realizar un proceso como éste de certificación que garantice la calidad excepcional de aquellos alimentos que aspiren a figurar en esta prestigiosa relación de alimentos.

Como destaca Jesús González Vázquez, presidente de Origen España –la Asociación que agrupa a las diferentes DOP's–: «Los sellos DOP e IGP asociados a determinados productos nos dan una visión, más allá de sus características organolépticas, de su origen, calidad, tradición y garantía. A simple vista estos sellos nos transportan a otra forma de producir, a una apuesta segura por la biodiversidad, el desarrollo sostenible y el aprovechamiento de los recursos naturales. Por todo esto, una expresión tan habitual como 'Comer con los ojos 'cobra más sentido que nunca».

Los productos agroalimentarios españoles generaron en 2019 un volumen de negocio de más de 2.642 millones de euros, según el último estudio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Según este mismo estudio, en 2018 el total de operadores primarios vinculados con dichas denominaciones de calidad en España era de 199.957, con un número total de 3.347 industrias que operan sobre 829.423 ha o manejan 2.294.164 cabezas productoras. La calidad en la cesta de la compra está asegurada.