Lo más curioso respecto al ajo es que mientras que desde el punto de vista culinario podemos consumirlo como deseemos, solo hay una manera de consumirlo en lo que se refiere a sus efectos saludables.
Vamos a desvelar los secretos del ajo para que aprovechemos todas sus enormes virtudes. El ajo necesita que activemos sus propiedades saludables. Estas se deben a un compuesto azufrado llamado Alicina. Esta substancia no está presente en el ajo, sino la Aliina, su precursor y que carece de los efectos saludables de la Alicina. Pero en otra parte diferente del diente del ajo, en compartimentos diferentes, existe un enzima llamada Alinasa. Cuando ponemos en contacto la Alicina con su enzima la Alinasa se forma la Alicina.
¿Cómo podemos realizar esta activación? Es muy sencillo hay que romper la estructura del diente de ajo cortándolo, machacándolo o triturándolo. La reacción no sucede inmediatamente requiere al menos cinco minutos para que suceda la formación de la Alicina. Así que lo que tenemos que hacer es picar o machacar el ajo, dejarlo reposar unos minutos y añadirlo a nuestros guisos. Hay que comerlo crudo ya que la Alicina es muy sensible al calor.
En julio del 2020 se publicó una revisión acerca de los trabajos realizados en los últimos veinte años sobre los efectos beneficiosos del ajo en la salud humana. Los resultados son sorprendentes y, además, en muchos casos se ha podido dilucidar la intimidad bioquímica de las acciones beneficiosas de ajo.
El ajo es un regulador metabólico, mejora el metabolismo de la glucosa lo que ayuda al control de la diabetes. Tiene potentes efectos sobre casi todas las etapas del metabolismo lípido o, siempre en la dirección más favorable. Reduce los víveres de colesterol total y del colesterol malo (en LDL), reduce los triglicéridos y aumenta el colesterol bueno (en HDL).
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También es un anti agregante plaquetario, es decir tiene un efecto anticoagulante. Todas estas acciones en su conjunto tienden a prevenir la hipertensión arterial y el resto de los problemas cardiovasculares. Están reconocidas sus acciones en la prevención de cánceres gástricos e intestinales; posiblemente por sus efectos antioxidantes y promotores del microbiota intestinal.
El ajo refuerza el sistema inmunológico. También ejerce acciones beneficiosas sobre los huesos, mejorando problemas como osteoartritis y osteoporosis. Incluso se han demostrado efectos detoxicantes en trabajadores de una fábrica de baterías para coches, los que tomaban ajo crudo tenían menos niveles de plomo en su sangre.
No dejen pasar un día sin que su organismo disfrute de la dosis saludable de dos dientes de ajo, picados o triturados, y añadidos crudos a cualquiera de sus guisos. Salud.
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