Ya nadie pone en duda que la alimentación es el factor que más condiciona nuestra salud y nuestra longevidad. Incluso supera a la genética. Hoy sabemos que aunque heredes genes malos, si no los 'enfadas' se estarán tranquilitos y no te darán problemas o ... lo harán tarde. Y uno de los factores que más enfada a los genes malos es una alimentación incorrecta.
Uno de los modelos de alimentación saludable que se han puesto de moda es la Dieta Mediterránea. El nombre se debe a un matrimonio de médicos estadounidenses que por los años 50 del siglo pasado anduvieron investigando por qué los habitantes de la cuenca mediterránea nos moríamos menos de problemas cardiovasculares y, en general, vivíamos más que los rubios y sanotes de los países del norte. Pero claro, la Dieta Mediterránea es muy variada. Cada país del Mediterráneo tiene su manera peculiar de alimentarse. No se come lo mismo en Túnez que en Francia o en Turquía. Por otra parte, dentro de cada país mediterráneo hay una gran variedad de formas de comer. No comemos igual en Málaga, Badajoz, Albacete o Santander. Estas y otras razones ocasionan la pérdida de popularidad de la Dieta Mediterránea. Que en manos, mayormente, norteamericanas se ha convertido en algo que no se comería ningún mediterráneo cabal. Además, los productos que se consumían hace cincuenta años en los países mediterráneos no tienen nada que ver con los que se consumen ahora.
Fíjense solo en el trigo y sus derivados. La harina que hoy compro en el supermercado no tiene nada que ver con la que mi madre guardaba hace años en su despensa. Por esta razón, en los últimos tiempos han surgido formas regionales de comer que se quieren «independizar» (es la moda) de la Dieta Mediterránea madre. Y ahí tenemos la dieta de la Dehesa, que yo he promovido en Extremadura, la Dieta Atlántica que vienen desarrollando los gallegos hace años o la Dieta Cántabra. ¿Cuál es la mejor? Es difícil de saber, pero hay un dato que sí nos puede servir: la longevidad de sus habitantes.
Japón y España son los países donde la gente vive más y eso solo se puede achacar a nuestra peculiar forma de alimentarnos. Es decir, si la gente de una determinada región vive más, es que su alimentación (amén de otros factores) es más saludable. Pero no hay que confundir vivir muchos años, con vivirlos con salud. Por eso el concepto más útil es considerar la esperanza de vida en buenas condiciones, con calidad de vida. Y, ¿cuál creen ustedes que es la comunidad autónoma donde la gente vive más, con mejor calidad de vida? ¡Si, acertaron! Los ciudadanos de Cantabria, que viven 71,6 años con buena calidad de vida, seguidos de La Rioja (70,04 años) y ya más lejos quedan el resto de comunidades, comenzando por Baleares (68,43 años). La conclusión es evidente.
Hay que comer como se ha comido en Cantabria toda la vida y, siempre que sea posible, debemos consumir los alimentos criados, cultivados, pescados, elaborados y conservados como se ha venido haciendo desde siempre. ¡No dilapiden ese tesoro que es el ostentar uno de los primeros puestos del mundo en salud y longevidad!
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