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Salud y nutrición ·
La digestión comienza en la boca. Hay que comer despacio, a bocados pequeños y espaciados, y masticar bien los alimentosSi usted se fija un poco verá la cantidad de anuncios que pasan en la tele y en la radio sobre remedios para aliviar las molestias estomacales, fundamentalmente ardores y reflujos. Estas molestias, cuando se reiteran en exceso, pueden ser síntomas de que algo no ... funciona bien en nuestro aparato digestivo y conviene consultar con el especialista. Pero para la mayoría de la gente los ardores y reflujos son protestas de nuestro estómago para advertirnos de que algo no estamos haciendo bien en nuestra alimentación.
Hay que tener en cuenta que toda alimentación saludable no solo depende del «qué» y «cuánto» comemos, también es importante el «cómo» y el «cuándo» lo hacemos. Las normas de urbanidad y de buena educación no son un capricho, una moda trasnochada, son recomendaciones fisiológicas para proporcionar el alimento a nuestro organismo de la forma más saludable y con la mayor seguridad.
Hay que comer despacio, a bocados pequeños y espaciados, y masticar bien los alimentos. La digestión comienza en la boca. Tenemos que triturar los alimentos con las muelas y embadurnarlos bien de saliva, que es el primer jugo digestivo. Masticar treinta veces cada bocado recomendaba un japonés. Esto hace que lleguen trozos más pequeños al estómago y mejor ensalivados, lo que favorece su digestión.
No hablar con la boca llena, que es la mejor medida para evitar los atragantamientos. Varios miles mueren al año por este motivo.
Evitar aquello que pudiera excitar las secreciones gástricas, el alcohol, las bebidas carbónicas, los cítricos, el café, los picantes y los alimentos o bebidas demasiado calientes o demasiado frías.
Aquí hay que añadir ese alimento tan especial que nos sienta mal a cada uno. Si se tiene propensión a los problemas gástricos conviene evitar las grasas y frituras ya que retrasan la digestión gástrica.
Hay que procurarse un buen entorno para comer y procurarlo hacerlo en compañía, con tranquilidad, sin prisas; mejor en familia. Evitar comer a la vez que hacemos otra cosa como leer o ver la televisión. Es muy saludable concentrarnos en apreciar los aromas, los sabores y las texturas de los alimentos.
Es recomendable para todas las personas, como ya comentamos en otra ocasión, cenar poco y temprano. Y obligatorio en aquellos que padecen reflujo gástrico. Deberíamos cenar al menos tres horas antes de acostarnos. Los españoles tenemos la mala costumbre de salir a cenar mucho y tarde. Este es tema de discusión con mi cuadrilla cada vez que nos juntamos. Quedamos a las diez de la noche, mientras elegimos comenzamos a comer a las once y andamos con los postres a la una de la madrugada. Cuando cenamos tarde, aunque sea en casa, y nos acostamos enseguida, al meternos en la cama el estómago está a pleno trabajo, como una lavadora, y sufrimos las consecuencias.
Para los que tengan predisposición al reflujo se recomienda dormir con la cama más elevada en la cabecera (poner un par de tacos de madera). Y recuerden si sus problemas son muy frecuentes, lo mejor es consultar al especialista
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