Dos mellizos con 47 años de oficio dan lo mejor en el Mesón Goya

Eugenio y Quique Merino trabajan en la misma calle que empezaron, ahora en este mesón que cumple 35 años

José Luis Pérez

Santander

Martes, 23 de enero 2024, 14:54

El mesón Goya, que puso en marcha Luis Cortines en 1989 –este año celebra su 35 aniversario– se mantiene como un baluarte de la cocina tradicional en la zona del ensanche de Santander, proponiendo un atractivo menú del día y manteniendo una carta generosa en suculentas especialidades. Local agradable, con dos ambientes, barra en la planta baja con un pequeño comedor de diario y un comedor mayor en la planta superior con una selecta muestra de pinturas colgadas en sus paredes.

Desde hace una década está al frente de la cocina Eugenio Merino, quien a sus 62 años ya acumula la friolera de 47 años de profesión; los otros 37 permaneció entre los fogones de La Cigaleña, en la misma calle. Allí también comenzó su hermano mellizo, Enrique, pero éste ha ejercido en diferentes regiones del norte de España antes de regresar a la calle que le vio crecer y enrolarse de nuevo en el mismo barco que su hermano. Circunstancia difícil de repetir en cualquier sector, incluso más en la hostelería.

Imagen secundaria 1 - Chipirones a la plancha con piperrada y jalapeña. A la derecha, tacos de bacalao rebozados. — Chipirones a la plancha con piperrada y jalapeña. A la derecha, tacos de bacalao rebozados. DM

Imagen secundaria 2 - Chipirones a la plancha con piperrada y jalapeña. A la derecha, tacos de bacalao rebozados. — Chipirones a la plancha con piperrada y jalapeña. A la derecha, tacos de bacalao rebozados. DM

Sobre el Mesón Goya, hay que reseñar el atractivo menú que ofrece cada día por 24 euros, con varios platos de carta para elegir. El pasado lunes, por ejemplo, el menú ofrecía de entrada una cecina de León, una ensalada de queso fresco con tomate y orégano, un octavillo de anchoas, un pastel de pescado de roca con pan tostado y dos salsa, croquetas de carne y de pescado y el plato de cuchara del día: un generoso cocido montañés, una sabrosa sopa de pescado y una crema de alubia pinta con picatostes.

Para el segundo plato, las opciones eran chipirones a la plancha, tacos de bacalao rebozados, manistas de lechazo, callos caseros y rabo de toro con su guarnición. Y entre los postres, soberbio el tiramisú, flan, arroz con leche y cuajada con leche de Cudaña. El menú incluye vino, a elegir entre blanco, rosado y tinto, y agua. Por último, reseñar de la carta los arroces, la casquería, pescados y mariscos, el chuletón de Campoo y los quesos de Cantabria.

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