Hoy os enseño a hacer vuestra propia mantequilla casera con nata de Cantabria

Tradicionalmente la mantequilla más famosa se hacia en los Valles Pasiegos. Sus verdes pastos sirven de alimento a las vacas para después producir esa leche de la que recogeremos la nata para hacer nuestra mantequilla, ese es el gran secreto, la altísima calidad tanto de la leche como del producto final.

Hecha a mano, tradicionalmente por los niños y los mayores de las casas que se iban turnando para batir la nata, así conseguían separar la materia solida de la líquida, que es el suero.

Yo hoy os voy a explicar cómo hacer en casa vuestra propia mantequilla, que igual no haces nunca pero creo que es un proceso que todo habitante de Cantabria debería saber porque esta comunidad autónoma es la tierra de la mantequilla.

Lo más importante para hacer mantequilla en casa es la calidad de la nata por lo que debéis elegir la mejor que podáis, porque el resultado se nota y mucho. Yo os recomiendo nata extra grasa o al menos de 35% de materia grasa.

-El primer paso es poner la nata en un bol, unos 500 ml., e ir poco a poco, primero despacio y progresivamente aumentando la velocidad de las varillas. En unos pocos minutos, lo primero que ocurrirá será que la nata se montará, pero si seguimos batiendo, pronto se separarán el suero de la leche y la mantequilla. En unos diez o doce minutos más, quedan claramente diferenciados.

-Ya tenemos la mantequilla separada, ahora hay que escurrirla. La ponemos en un trapo limpio y la escurrimos bien para eliminar el suero por completo.

-Después, con un par de paletas de madera, o cucharas, lo que tengáis, tenemos que ir aplastando, doblando y removiendo la mantequilla para conseguir que salga el suero que pueda tener atrapado en el interior. En este momento probamos y rectificamos la sal, aprovechando que la mantequilla está muy blanda y manejable. Será el punto de sal el que marcará la diferencia de vuestra mantequilla.

-Una de las cosas que también podéis hacer antes de enfriarla es convertirla en mantequilla de sabores. Ahí ya cada uno puede dejar que su imaginación vuele, pero os recomiendo encarecidamente que cojáis unas anchoas y las piquéis finamente, hasta conseguir casi una pasta, para mezclarla con la mantequilla que habéis conseguido. ¡Veréis qué maravilla!

Ajo y perejil, aguacate, cualquier tipo de hierba, semillas o cualquier especia que os guste, aceitunas negras... hay infinidad de sabores que podéis integrar con la mantequilla, y luego disfrutarla con un buen pan tostado. Probadlo y ya me contaréis.