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Algunos empresarios, acechados por la crisis en la hostelería a causa de la falta de personal, especialmente de camareros, reaccionan adquiriendo robots para llevar platos. Luis Palomeque

A falta de camareros, llegan los robots a los comedores

Esta semana el restaurante El Mirador de Suso, en Suances, ha incorporado uno para llevar platos al comedor. Una medida que palía la falta de profesionales para atender los comedores

José Luis Pérez

Santander

Viernes, 5 de mayo 2023

No es el primero, pero quizá no será el último si responde a los compromisos que ofrecen los fabricantes. Habíamos contemplado imágenes, visto vídeos y leído reportajes, pero ya son una realidad en nuestro entorno. Y, si no cambian las cosas, han llegado para quedarse. Nos estamos refiriendo a los robots-camareros. Esta semana, el restaurante el restaurante El Mirador de Suso, dirigido por Suso Gómez Oláiz, en Suances –también está al frente de El Hipódromo de Suso, en Santander– ha incorporado a su 'plantilla' un 'refuerzo' para ayudar en las tareas del comedor. Pero, en este caso, no se trata de un trabajador nacional o extranjero, porque el lamento unánime de los empresarios de hostelería es que faltan profesionales. Incluso, van más allá, falta gente que quiera o que necesite trabajar. «Aunque se incorpore sin experiencia ni conocimientos, que la le enseñaremos nosotros», comenta un empresario con varios negocios abiertos en la región.

El robot, en el comedor, programado para desarrollar su tarea. Luis Palomeque
Imagen - El robot, en el comedor, programado para desarrollar su tarea.

Los clientes que visiten a partir de ahora este restaurante se sorprenderán viendo funcionar a un nuevo robot-camarero en el comedor. Seguro que no podrá coger comandas o explicar un plato como un humano, pero sí ayudar a sus nuevos compañeros a transportar platos, cargando peso y evitándoles muchos desplazamientos 'en falso'.

Suso hubiera preferido no llegar a tener que tomar esta decisión. Lleva toda la vida en la hostelería, aprecia como nadie la cocina de siempre, el producto y, por supuesto, un buen servicio al cliente. Además, ha sido pionero en diferentes momentos poniendo en marcha iniciativas que han marcado tendencia, como cuando instaló iglúes en el exterior del restaurante para poder atender a los clientes ante las restricciones que el covid establecía para la hostelería. También fue pionero con los menús sin límite a un precio cerrado. Ahora ha adquirido este robot para poder atender sus amplios comedores en los días punta.

«Estoy viendo que el problema de la falta de camareros no se resuelve por lo que he tenido que buscar una solución»

Suso Gómez

«Ya estaba viendo que el problema de la falta de camareros no tiene solución. He estudiado alternativas. La semana pasada fui a Madrid y me presentaron este robot que puede cumplir un papel en el restaurante. Y he tenido que decantarme por esta solución. No me ha quedado más remedio», señala el chef y empresario.

El empresario Suso Gómez ha incorporado esta semana un robot a su restaurante El Mirador de Suso en Suances. Luis Palomeque

Problema global

El déficit de candidatos para cubrir las necesidades del sector de la hostelería no es nuevo. Ni en Cantabria ni en el resto de España. El debate sale a relucir en múltiples conversaciones, ha llenado muchas páginas y las posturas de hosteleros y sindicatos no tienen más punto en común que el reconocimiento del problema. Pero nadie hasta la fecha ha puesto encima de la mesa soluciones eficaces.

Los empresarios se cansan se poner anuncios ofreciendo personal, pero en muchos casos los aspirantes no se presentan o luego apenas duran unos días en su nuevo puesto de trabajo. También se advierte falta de interés por aprender.

Más de un empresario de hostelería teme, ante la inminente llegada de la temporada alta, que no van a poder abrir todos los espacios disponibles en su negocio, incluso terrazas, por la falta de personal para atender a los clientes. Como un empresario ha señalado, «es una impotencia tremenda».

Los sueldos de los camareros, los horarios partidos, el trabajo en fines de semana y días festivos y la insuficiente formación son aspectos transversales que salen a relucir cuando esta problemática bloquea negocios que dan un servicio a la sociedad en general y a los turistas en particular.

Las ayudas económicas –calificadas en algunos círculos como 'paguitas' con un trasfondo de profunda crítica gubernamental– son para un sector de la sociedad la causa directa de que muchos jóvenes –o no tan jóvenes– no se incorporen al mercado laboral en general o a la hostelería en particular «porque prefieren cobrar en casa, aunque no sea mucho, para estar sin hacer nada».

Cuánto se cobra y cuándo se libra

Desde instancias gubernamentales apelan a que en las listas del parados hay muchos candidatos en el grupo de aspirantes a un puesto de camarero, pero la experiencia de los propios hosteleros cuando recurren a estas listas es que se encuentran con gente que no quiere trabajar porque está cobrando algún subsidio, que ponen pegas a las condiciones que se le ofrecen o que directamente no reúnen las condiciones necesarias para cubrir el puesto de trabajo. Señala un empresario que las primeras preguntas de un aspirante, por lo general, son dos: cuánto se va a cobrar y cuántos días se descansa.

La idea de traer mano de obra ya formada de otros países provocó el rechazo de instituciones y sindicatos

Asociación de Hostelería

En Cantabria, desde la Asociación de Hostelería, en 2019 se volvió a recuperar la idea de traer mano de obra ya formada de un país sudamericano. La iniciativa años antes dio resultados y aún hay profesionales que llegaron en aquel momento y que siguen vinculados aquí a la hostelería.

Cuando el proyecto se expuso en un foro organizado por El Diario Montañés, rápidamente salió a relucir una feroz oposición de sindicatos, gobierno central y gobierno autónomo. Apelaron a la existencia de parados aquí para cubrir las necesidades, algo que no se ha visto. Prometieron tomar medidas, poner en marcha programas de formación, pero nada ha funcionado. En las escuelas de hostelería faltan estudiantes con vocación y faltan matriculaciones. Se gradúan pocos para las necesidades existentes y, salvo excepciones, no hay continuidad en el sector. Ahora, con las elecciones a la vista, muchos esperan promesas. Una hostelería de calidad es clave para mantener el turismo.

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