Fuentebro, cocina actual y esencias campurrianas

Aprovechando el 'tirón' que tiene el nacimiento del Ebro -un atractivo turístico con insuficiente mantenimiento-, se establecieron aquí en 1998 para desarrollar una cocina actual, con sólidas bases tradicionales y sin perder de vista las esencias campurrianas. Estas están presentes en algunas especialidades de la carta, destacando el solomillo de res de Campoo, la chuleta de ternera de la comarca, los huevos ecológicos de Campoo con patatas fritas, foie y jamón ibérico, e incluso los torreznos, porque en las casas de los pueblos de la zona siempre hubo cerdos alimentarios para luego realizar la matanza y tener alimento para el autoconsumo.

El local, desde el que se dispone de una vista privilegiada y panorámica del manantial del río que da nombre a la península, se articula en dos plantas y se caracteriza por una cuidada decoración, pero sin perder el aspecto rústico, al gusto de Carmen, propietaria y alma mater.

La propuesta gastronómica están en línea con una cocina actual que resulta apetecible y gustosa para la mayoría del público. En el capítulo de entrantes fríos hay desde cecina el jamón ibérico, anchoas, dos tipos de ensaladas, un tataki de atún o los espárragos de Tudela de gran formato.

En las entradas calientes, las croquetas pueden ser de jamón, chipirones en su tinta o jalapeños. Luego están las clásicas rabas de calamar, el pulpo a la plancha o los citados torreznos de panceta ibérica. Interesantes son la morcilla en crujiente de pasta filo con miel de caña y nueces y las colas de langostinos crujientes con ali oli al curry. Quien desee un plato de cuchara, la propuesta es el cocido montañés.

Aunque Fuentebro pueda identificarse más como un restaurante de carne que de pescado, no faltan algunas opciones en esta línea, como es el canelón de pasta fresca con langostinos y verduras, los chipirones a la plancha, el bacalao con pil pil o un rodaballo al horno.

En carnes, las dos sugerencias de la zona son una buena opción, pero más allá hay paletilla de lechazo, cochinillo confitado, carrilleras ibéricas, lasaña crujiente con costilla ibérica o unas sabrosas albóndigas 'de la abuela' presentadas sobre un puré trufado. En casquería, el trío de callos, morros y manos caseros se prepara al estilo tradicional.

Un aspecto importante y cuidado en este restaurante son los postres dulces. Los más demandados son la torrija de sobao pasiego al aroma de crema de orujo de Liébana y bolita de helado y la tarta cremosa de queso al horno. Resultan también especialmente interesantes las natillas de queso con compota de manzana, crumble de canela y fresas o la infusión de frutos rojos con helado de leche merengada. En definitiva, un rincón de Cantabria que invita al paseo y a la degustación y cuyas raciones son generosas.

Dirección: Fontibre (Hermandad de Campoo de Suso).

Teléfono: 942 77 96 45.

Propietarios: José Ángel Torre y Carmen Cuesta.

Inaugurado: 1998.

Jefe de cocina: Jorge Fernández.

Sala: Javier Corral y Nacho Torre.

Estilo de cocina: Tradicional.

Precio medio de la carta: Entre 35 y 40 €.

Menú diario: No.

Capacidad: Unos cien comensales, 20 en un comedor en la planta baja y unos 80 en la planta superior.

Terraza: Sí, unas 30 plazas.

Horario: De 13.30 a 16 horas. Noches abierto de viernes y sábado.

Cierra: En temporada baja, de lunes a miércoles. Julio y agosto abre todos los días.

Bodega: Unas 50 referencias.

Aparcamiento: Sí.