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Cantabria tiene una gran raigambre con el deporte del golf. La inauguración del Real Club de Pedreña en el año 1928, la gran cantera de jugadores surgidos en esta localidad del municipio de Marina de Cudeyo y otros lugares de la región, la orografía ... del territorio y los éxitos universales de Severiano Ballesteros han contribuido a que la región sea conocida en prácticamente todo el mundo.
En total, repartidos por toda la comunidad, encontramos un total ocho campos de golf, de 9 y 18 hoyos, privados, pertenecientes a la sociedad regional de promoción turística Cantur o de carácter municipal. La evolución y mejora en todos ellos ha sido constante a lo largo de los últimos años, no solo en el aspecto deportivo, si no también en cuanto a la actividad social se refiere, muy importante para este tipo de instalaciones. Seis de estos ofrecen a sus deportistas, y algunos también al público en general, un servicio de restauración que los hace aún más atractivos y que sirven de reclamo para que jugadores de dentro y fuera de la región se acerquen a ellos para practicar su deporte.
Desde 1928
En el Real Campo de Golf de Pedreña (18 hoyos), el primero en crearse en la región, la oferta gastronómica es especialmente variada. Un lugar tan emblemático necesita de un buen restaurante para dar servicio a sus clientes. Los socios disponen de comidas a la carta, menú del día, el denominado menú para el jugador, menú infantil, platos combinados, pinchos, bocadillos y sandwiches. Al frente de la cocina se encuentra, desde hace ya 17 años, Bruno García, con una amplia trayectoria profesional. Antes pasó, entre otros, por los fogones del Hotel Santillana o el Mesón del Labrador. También forjó parte de su buen hacer el paso por el Bar del Puerto, en Puertochico, donde asegura que «aprendió mucho».
El menú del día, el más solicitado en este complejo deportivo, a un precio de 15 euros, está compuesto por un primero, un segundo, bebida postre y café. Siempre con productos de kilómetro cero, según el chef, con muchos guisos en la oferta. Además, chipirones en tinta, cordon bleu, escalopes, merluza en todas sus versiones, pescados frescos de roca... Todos estos platos son habituales en el RC de Pedreña.
El menú del jugador, con un precio de 15 euros, para comer rápido y volver al green, contiene un plato del menú, más bebida y café. El de los más pequeños cuesta tan solo 11 euros. En el recinto dedicado a la restauración se celebran todos los años, además, bodas y banquetes, y la cocina está abierta todos los días de 9.00 a 19.00 horas, y tarde-noche solo con reserva. En verano se amplía un poco más el horario.
Cuenta Bruno García que entró en Pedreña siendo cocinera Carmen, «una mujer que guisaba de maravilla» y con la que tenía una gran amistad Severiano Ballesteros, «que entraba siempre a saludarla a la cocina». Recuerda también a Rafa Nadal con Patricia Botín en el restaurante y destaca como, cada vez que acuden a comer, entran a saludarles algunos de los socios, entre ellos un conocido médico de Santander, que es uno de los habituales .
En Santander
Mataleñas es un club municipal (9 hoyos) y cuenta también con un servicio de restauración para socios y no socios. El jefe de cocina es Ariel Bons Montero Olivera, desde hace ya tres años, y que procede del Hipódromo de Bella Vista. Ariel prepara un menú del día a 16 euros, que sube a 22 los fines de semana. La cocina de Mataleñas es totalmente casera y entre los platos más frecuentes hay que resaltar, según Ariel, los chipirones, en varias preparaciones, y el bacalao a la vizcaína o a baja temperatura con Idiazábal. Ambos habituales en un menú diario que se cambia, dice, todas las semanas. Sábados y domingos, se puede degustar arroz con bogavante, entrecot o codillo. No faltan las ensaladas templadas y frías, o los espárragos rellenos, platos muy recomendados para continuar practicando el deporte del golf. Para picar: rabas, croquetas, mejillones, chorizo criollo, jamón ibérico, cecina, quesos... Y casi siempre, arroz con frutos del mar y rissotto de boletus.
La carta tiene un precio entre 16 y 18 euros, aproximadamente, con platos como escalopines rellenos, tacos de rape con salsa de cigalas o entrecots. En temporada, hay guisos de cuchara, como la marmita, la caldereta de pulpo o las pochas con almejas. Abre todos los días, salvo el 25 de diciembre y el 1 de enero. Entre sus clientes habituales, está Miguel Ángel Revilla. «Alguna vez hemos dado también de comer al chef Jesús Sánchez».
Comillas
Rovacías (9 hoyos), en Comillas, posee un importante complejo hostelero, en el que además de hotel y apartamientos destaca su restaurante, 'Oyambre', abierto a todos los públicos, con servicio de comidas y cenas. Entre semana ofrece un menú a 21 euros, carta con productos kilómetro 0, raciones, hamburguesas, sandwiches... Allí se pueden picar antes de saltar al campo las típicas rabas, croquetas, queso, jamón ibéricos... y unos buenos arroces, la especialidad de la casa, y que cocina Delio Larrañaga, un chef procedente del País Vasco que lleva tres años en Rovacías, con una amplia experiencia forjada en Castilla y León y Euskadi. También tiene un menú especial, a 25 euros por persona, con una gran variedad de platos. El restaurante está preparado también para la celebración de todo tipo de eventos.
'Oyambre' dispone un gran salón y una terraza con vistas al mar y al campo de juego, respectivamente, y en ellos se pueden servir comidas para unas 120 personas. Como se señala anteriormente su especialidad son los arroces, si bien hay que destacar los platos de cocina tradicional con pescados frescos, buenas carnes y postres caseros, que se pueden regar con los vinos de la amplia bodega que posee el local.
Perteneciente a la cadena ABBA, y bajo la dirección de Isidro Ruiz, el complejo tiene hotel con 55 habitaciones, con piscina interior, gimnasio, sala de masajes, etc, y apartamentos simples, tiples y familiares, recientemente reformados.
En definitiva, una complejo preparado para disfrutar del deporte y el ocio, y pensado para sobre todo para familias y esos jugadores que recorren con la práctica del golf todos los campos del país.
San Vicente de la Barquera
Muy cerca de Rovacías se encuentra el campo de golf de Santa Marina, en San Vicente de la Barquera. De 18 hoyos, fue diseñado por Seve Ballesteros. Su restaurante tiene un servicio exclusivo para socios con menú del día y una carta, no muy extensa, de especialidades, además de raciones, platos combinados y sandwiches. Abre todos los días en horario de mañana y tarde hasta las 19.00 horas, entre semana, y las 19.30, sábados y domingos. En agosto también ofrece cenas.
El menú del día, en una jornada cualquiera, a un precio de 15 euros, bebida aparte, puede estar compuesto de alubias pintas, espárragos de Navarra, bacalao con tomate y huevos fritos con chorizo. A la carta, el precio medio es de unos 35 euros y en ella encontramos carnes de Cantabria y ternera rubia gallega, platos de cuchara, ensaladas de todo tipo, bacalao Santa Marina (especialidad) y pescados de la lonja por encargo. Los postres caseros pueden ser flan de queso, arroz con leche, natillas, tarta tres chocolates o torrija de sobao. Y para picar, rabas, croquetas, cecina, etc.
El chef de este restaurante es Rafael Cayuso Poo, procedente de varios establecimientos en Torrelavega. El maitre, Juan Francisco Portugal, recién llegado a Santa Marina, anteriormente trabajó en Lucio y Bodegas Monasterio, en Torrelavega, entre otros.
Cerca de Reinosa
Nestares es una de las instalaciones de Cantur, con un campo de 18 hoyos ubicado en un espectacular paraje de la comarca de Campoo, a tan solo dos kilómetros del centro de Reinosa. Su restaurante, dicen muchos de sus usuarios, bien merece una visita, antes o después de sacar los hierros y las maderas, o simplemente tras conocer sus dependencias. Carlos Merino, un cocinero con 20 años de experiencia, está al frente de los fogones en los que, además, ayudan otros cuatros profesionales. La plantilla se incrementa los fines de semana y se duplica cuando hay alguna boda que servir. Algo que sucede 10 o 12 veces al año.
La entrada al restaurante de Nestares está abierta a todos los públicos y en él está establecido un menú ejecutivo (del día) a 18 euros y 22 los fines de semana. Su cocina es tradicional, con toques de autor muy interesantes. El menú semanal está compuesto por cuatro pescados, como por ejemplo: merluza en salsa verde y almejas, corvina a la espalda con patata panadera, salmonetes fritos con pimientos de Padrón y bacalao con pisto. Y cuatro carnes: rabo de toro estofado al vino tinto, escalope de solomillo de cerdo relleno de cecina y queso picón con salsa de Oporto, albóndigas con salsa española y escalope de novilla a la plancha con patatas fritas.
El fin de semana se pueden degustar garbanzos con marisco, alcachofas rellenas, croquetas de morcilla, ensalada de queso a la plancha con tomate y anchoa de Santoña, una rica ensaladilla rusa, ensalada de pollo crujiente, hojaldre de setas y queso de cabra gratinado, entre otros.
Destacan en este restaurantes sus postres caseros, como el flan de huevo a baja temperatura con helado de vainilla, la tarta de queso horneada con confitura de arándanos, la pantortilla de Reinosa sobre crema de plátano braseado con chocolate, el arroz con leche, la mouse de limón y de queso, el hojaldre relleno de crema pastelera y los helados variados.
En la cafetería, para los jugadores con prisa, hay un plato de cuchara de los del menú, más una copa de vino u otra bebida, al precio de 9 euros.
Mogro
Olivia Saro, una cocinera autodidacta, delineante de profesión y ahora, con 50 años, estudiante del último curso de Dirección de Cocina en el IES Fuente Fresnedo de Laredo, es la responsable del restaurante del Abra del Pas-Celia Barquín, en Mogro, un campo con 18 hoyos a escasos 15 kilómetros de Santander, dependiente también de la empresa regional Cantur.
Olivia, que comenzó a trabajar en hostelería los veranos, para pagarse los estudios y disponer de algún dinero extra para sus gastos, ofrece a los clientes del restaurante un menú del día con tres primeros y tres segundos, a un precio de 15 euros, que asciende a 20 sábados y domingos. El miércoles pasado, por ejemplo, el menú estaba compuesto por lentejas con chorizo y papada ibérica, pisto con huevo frito y espárragos con mayonesa. De segundo, zancarrón, bacalao con tomate o merluza a la romana con ensalada. De postre, flan de café, banda (hojaldre) de pera y queso fresco con membrillo. Aunque el postre más demandado, cuando está anunciado «es la torrija», señala la chef.
En el Abra del Pas hay también raciones: rabas, croquetas (de mejillón), pimientos con anchoas, etc. Además, seis platos combinados distintos. «Tienen muy buena salida -afirma Olivia-, las carrilleras y los entrecots».
La responsable de los fogones restaurante del campo de golf de Mogro desde 2018 entró en Cantur en el año 94 y pasó después por Brañavieja, como auxiliar de cocina, el Club Marítimo, donde estuvo cerca de ocho años, y Cabárceno, algo más de cuatro. Este establecimiento, que puede servir más de 100 comidas, está abierto a todos los públicos de 9.00 a 18.00 horas y, en verano, hasta las 20.30.
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