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Uno de los mayores placeres que existen a la hora de comer es ‘zamparse’ una buena hamburguesa, un bocado sencillo y corriente, a veces denostado, y con mucha razón, porque se han cometido auténticas atrocidades con este manjar. Se puso de moda en los años ... 50 en Estados Unidos y de ahí dio el gran salto a todo el mundo.
Gracias a mucha gente que está haciendo las cosas muy bien vuelve a recuperar ese prestigio, poco a poco, y aunque a mí no me gusten las florituras que a veces se empeñan en añadir para buscar un punto de diferenciación con otras hamburguesas, este plato se merece tratarlo con ingredientes de calidad, mimar su punto de cocción –al gusto del consumidor– y no añadir nada más que lo estrictamente necesario para realzar el sabor de la carne y, como mucho, refrescar o aportar textura. Sólo así será sinónimo de éxito. Una hamburguesa tiene que ser, sobre todo, rica.
Por mucho que no quieran la hamburguesa es tradición, y ahora mismo se está convirtiendo en una tradición renovada, con matices, ha rejuvenecido y por supuesto tiene que ser refrendada en nuestras casas con la elaboración de nuestras propias hamburguesas, tal y como se hacían antes. Quiero destacar también el gran trabajo que se está haciendo en muchas carnicerías para devolver el prestigio a la hamburguesa, existen multitud de ellas sublimes y el propio carnicero te informa de los ingredientes utilizados en el proceso de elaboración.
Nosotros a lo nuestro. Como siempre vamos a dar el toque propio en casa para adaptarlas lo máximo posible a nuestros gustos. Una cosa que va unida a la hamburguesa es la parrilla o la brasa, y es que si hay algo con lo que se cumple el dicho de que los alimentos a la brasa saben mejor, con las hamburguesas no cabe la más mínima duda.
Quiero presentaros tres opciones de hamburguesa. Una más tradicional en la que utilizaremos carne picada de ternera, a la que añadimos, en un bol, ajo picado, sal, pimienta y cebolla pochada previamente. Lo mezclamos bien y lo metemos en la nevera tapado durante al menos 30 minutos. Mientras encendemos la parrilla y salteamos en una sartén unas cebolletas cortadas en juliana para luego acompañar la carne. Formamos las hamburguesas con la carne ya mas firme por el frío, primero hacemos bolas y luego las aplastamos para darle esa forma redonda, las ponemos en la parrilla, dependiendo del punto que quiera cada uno –entre 3 y 5 minutos por cada lado–, abrimos el pan, lo tostamos por el interior en las dos partes y montamos la hamburguesa con un poco de las cebollas pochadas por encima. Tapamos y servimos. Una autentica delicia. Si sois muy fans de las salsas le podéis añadir la que más os guste, a mi con un poco de mostaza me parece un bocado tremendo.
Otra opción increíble es la de cerdo, marinada con un toque de naranja, son tan ricas como sorprendentes, pedimos que nos piquen un trozo de lomo de cerdo fresco y lo ponemos a marinar en un bol con zumo de naranja, una cucharada de azúcar, un toque de sal y otro de pimienta y lo dejamos macerar unos 10 minutos, escurrimos bien la carne y la mezclamos con un par de cucharadas de mostaza, cebolla pochada, un ajo bien picado y otra vez al frío.
Tal y como hemos hecho antes las formamos y las ponemos en la parrilla –esta vez entre 4 y 6 minutos por cada lado–, el marinado lo reducimos añadiendo un poco de vinagre de jerez reducido y mojamos la hamburguesa nada más salir del fuego con unas gotas de la salsa, ponemos entre pan y pan con un poco de cebolla a la brasa.
Por último, otra increíble hamburguesa es la de cordero con un poco de menta. Para ésta vamos a pedir que nos piquen carne del cuello del cordero que salapimentaremos y añadiremos un poco de menta picada, unos pistachos picados y, como no, meteremos al frío. Formamos las bolas, las aplastamos y las ponemos en la parrilla –entre 10 y 12 minutos por cada lado– controlando para que no se nos quemen. Servimos entre pan y pan con el interior tostado y la pulpa de una berenjena que habremos metido en nuestras brasas envuelta en papel de plata, o en su defecto abierta con unas gotas de aceite en el horno hasta que quede como una pasta. También le podremos poner unas gotas de yogur natural a modo de salsa y triunfaremos seguro.
Espero que probéis y entre todos acabemos con la mala imagen que han tenido las hamburguesas.
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