1. Aprovechar para cocinar varias recetas y así gastar menos energía. Cada vez que encendemos el horno, podemos aprovechar para preparar varias recetas al mismo tiempo. Este pequeño gesto nos permite optimizar la energía además de contar con platos o recetas elaboradas con antelación para el resto de la semana. De esta manera, conseguimos obtener la máxima eficiencia del horno, aprovechamos el tiempo en la cocina y ahorramos en consumo de energía. Si cuentas con una planificación de lo que vas a cocinar, haciendo una compra de todos los ingredientes que vas a necesitar para elaborar las recetas, podrás organizar el tiempo y temperatura de cocción que necesitarás en cada caso, y además optimizar la cesta de la compra evitando el malgasto de alimentos.
2. Sacar partido a las diferentes alturas del horno. La cocción de cada alimento requiere de una posición dentro del horno. Por ejemplo, si el objetivo es conseguir que un determinado alimento quede más crujiente, debes utilizar la posición superior, es decir, la más alta, y si tienes la función vapor el resultado será excelente. Lograrás una cocción homogénea de las verduras, utilizando la parte media del horno mientras que, para cocinar alimentos como panes, pizzas o bizcochos, siempre es recomendable colocarlos en la parte inferior del horno.
3. Utilizar la alarma del horno para cocinar con libertad y seguridad. Elegir la opción de hornear para cocinar recetas puede llegar a ser fácil, sano y, además, no requiere de mantener continua atención delante del horno. Una de las opciones más cómodas es cocer los alimentos utilizando la función del temporizador y la alarma para poder hacer otras tareas mientras dejas que el horno haga su trabajo. Aprovéchalo y utiliza el temporizador de la alarma, para que te avise en los períodos de tiempo que elijas o cuando finalice el programa de cocción.
4. Cocinar verduras, guarnición perfecta para hacer en el horno. Son un acompañamiento para platos con pescado o carne y puedes hacer varias raciones en una sola cocción. Se recomienda priorizar la elección de verduras de la temporada actual, como zanahorias, patatas, alcachofas, brócoli o puerro, entre otras. Para ello, mientras se precalienta el horno a 200º, trocea las verduras, alíñalas con sal, pimienta, y con tus especias favoritas, prepara una bandeja con un poco de aceite y distribúyelas. Una vez introduzcas la bandeja, controla el tiempo de cocción necesario para cada hortaliza y ve retirándolas paulatinamente una vez estén listas.
5. Aprovechar el calor remanente del horno, una vez terminada la receta. Es importante aprovechar el calor generado mientras se va enfriando el horno. Para ello, puedes aprovechar el calor remanente para deshidratar frutas, verduras o bien hacer un postre especial con yogurt.
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