Sí, todos estamos inflamados

Salud y nutrición ·
Es preciso neutralizar el estrés oxidativo, favorecer el desarrollo y bienestar de nuestras buenas bacterias intestinales y controlar las acciones de nuestra insulina

José Enrique Campillo

Santander

Domingo, 23 de julio 2023 | Actualizado 27/07/2023 10:23h.

Sí, todos estamos inflamados. Gran parte de la población padece un proceso de inflamación generalizada de bajo nivel. ¿Qué significa esto? La inflamación es uno de los mecanismos de defensa de nuestro organismo. Si nos pica una avispa se produce una inflamación, nos duele y ... nos pica. Si nos damos un golpe se nos produce una hinchazón y cuando un virus ataca nuestros pulmones se nos inflaman y tosemos. Hoy día sometemos al organismo a condiciones poco naturales y responde con una inflamación generalizada: situaciones estresantes, sedentarismo, sobrepeso, exceso de comida artificial, tóxicos de todo tipo, falta de frutas y verduras. Numerosos estudios han demostrado repetidamente que el estado inflamatorio crónico es el promotor de numerosas enfermedades que nos afligen a cualquier edad, sobre todo a partir de la cincuentena. Cáncer, diabetes, hipertensión, alergias, intolerancias e incluso desordenes mentales como la depresión tienen su raíz en un proceso inflamatorio crónico generalizado.

La buena noticia es que la inflamación tiene un fácil arreglo y en pocos meses nuestro estado inflamatorio puede dar un giro radical, lo que notaremos en un bienestar físico y mental.

¿Qué podemos hacer para desinflamarnos? Hay que atender a tres pilares fundamentales que sustentan el estado inflamatorio: neutralizar el estrés oxidativo, favorecer el desarrollo y bienestar de nuestras buenas bacterias intestinales y controlar las acciones de nuestra insulina para favorecer un metabolismo más eficaz.

Las circunstancias que favorecen la inflamación provocan un estrés oxidativo. La comida artificial no aporta antioxidantes suficientes y nuestro organismo se oxida. Se oxidan las biomoleculas, las proteínas, las grasas, se oxidan los componentes de las células y comienzan a morir. Se acelera el envejecimiento y se dan facilidades para las enfermedades. Los alimentos que más antioxidantes proporcionan son el café, el chocolate negro de más del 70 por cien, el vino tinto o su mosto sin fermentar, el pimentón de La Vera y las frutas y verduras de colores diversos, sobre todo las de color rojo y naranja.

Tenemos que cuidar nuestras bacterias, alimentarlas bien con fibra vegetal a base de frutas, verduras, legumbres y cereales integrales. Y tenemos que reponer las que se van muriendo mediante el consumo de bebidas y alimentos fermentados. Por ejemplo, encurtidos naturales, anchoas, chucrut, y bebidas fermentadas naturales como la sidra, el cava o la cerveza.

Una de las principales desencadenantes de la inflamación es lo que se llama resistencia a la insulina. Llega un momento en el que la insulina no es capaz de desempeñar correctamente su cometido, aumenta la glucemia, aumentan las grasas, hay obesidad y diabetes. Podemos controlar la resistencia a la insulina con dos medidas sencillas: suprimir el azúcar en comidas y bebidas y todos los dulces y realizar ejercicio físico a diario. Pero lo más importante es consumir grasas de buena calidad ricas en antioxidantes y poderosos agentes antiinflamatorios, como las grasas omega 3. En España tenemos a nuestra disposición los dos mejores productos para ello: los pescados grasos o azules y el aceite de oliva virgen extra que tienen grasas antiinflamatorias y mucha vitamina E, uno de los más eficaces antioxidantes.

Planifiquen sus menús semanales para que se alternen estos alimentos protectores y disfrutarán de un saludable estado antiinflamatorio.