Un invento vegetal con muchos remedios

De origen mediterráneo, posiblemente el resultado de un cuidadoso cruce natural de plantas de la familia de las Brassica, realizado en el norte de Italia en torno al siglo VI adC., el brócoli es en nuestros días una pieza esencial en la mesa de muchas familias.

Por sus cualidades gastronómicas y los estudios que prueban sus beneficios para la salud, es una de las verduras más nutritivas. En tiempos del imperio romano ya era muy valorada.

Esta buena consideración en el terreno gastronómico le aúpa a los primeros puestos de esa lista de productos de la huerta que son absolutamente recomendables. No solo proporciona brillo y color a recetas sencillas (en ricos purés junto a patatas, cebollas y zanahorias), sino que también puede ser el ingrediente más destacado de recetas un tanto más sofisticadas, como el delicado mousse de brócoli.

A la hora de llevarlo a la mesa, conviene atender algunos consejos. Uno de ellos es que, para que conserve todas sus propiedades anticancerígenas, que son las más destacadas, conviene cocinarlo en apenas diez minutos. Así se conservarán mejor los glucosinolatos, que son solubles en agua y sensibles al calor. Al vapor es la preparación más adecuada para disfrutar de sus propiedades. Se puede aliñar con una cucharada de aceite de oliva virgen extra, zumo de limón y pimienta negra recién molida. Para evitar el olor que desprende al cocerlo, basta con colocar una taza con vinagre blanco al lado... un sencillo, práctico y económico consejo, aunque habrá alguno más.

Combina con todos los cereales, al dente en arroces primaverales y germinados o en sopa, acompañado de quinoa, por ejemplo. Incluso cocido en su punto, durante unos tres minutos, puede dar un toque muy especial y llenar de color las ensaladas, incluso una pizza. Resultará apetecible incluso para los pequeños de la casa, especialmente para los más reacios a probar las verduras en general y el brócoli en particular.

Pero más allá de ser un, se podría decir, excelente ingrediente gastronómico, el brócoli es un poderoso «agente» no sólo anticancerígeno, sino antianias, preventivo de la gastritis y reductor de la función tiroidea, así como de la degeneración macular de la retina. Y puede actuar en el estómago como antibiótico al ser capaz de disminuir la población de la bacteria 'Helicobacter pylori', uno de los causantes de la úlcera. Por su alto contenido en hierro, clorofila y ácido fólico, es un alimento muy aconsejable para las personas que padecen anemia ferropénica por déficit de hierro.