La ley del embudo

Ya no sé si procede seguir hablando de que, cuando se aproxima la temporada alta, la falta de recursos humanos llega a límites que pone en riesgo la viabilidad de algunos negocios. Y la sartén, que antes agarraban por el mango los empresarios, ahora la tienen los trabajadores que, con la legislación laboral aprobada por el gobierno de socialistas y extrema izquierda, son fijos desde el primer día.

Pero, la estabilidad laboral que hasta ahora reclamaban los trabajadores se ha tornado en un mercado persa del que solo sale ganador el mejor postor. Siempre la primavera ha sido época de muchos movimientos, preparando el verano, pero lo de este año está llevando a más de uno a la desesperación.

Se están dado casos de empresarios que han mantenido en plantilla a trabajadores durante el invierno para tener un equipo sólido durante el verano. Y, casi de un día para otro, se han quedado sin camareros, cocineros o personal de limpieza. ¡Crisis!

El trabajador es soberano para irse y avisar al límite, sin tener ningún perjuicio, para firmar al día siguiente en otro sitio. Pero el empresario, en un mercado sin efectivos, se queda plantado y sin capacidad de reacción. La ley del embudo 2023: pagará el cliente, seguro.