Juan Carlos Freire: «Con esfuerzo y formación todo se consigue»

-Principalmente hacer valer los buenos productos que tiene Cantabria porque hay empresas muy pequeñas que merece la pena conocer. Para los alumnos es toda una oportunidad porque además de conocer gente nueva y otros productos, van a poder trabajar con materias primas locales. Hay que tener en cuenta que la media de edad de los alumnos que llevamos es de 20 años. Aún les queda mucho recorrido.

-De todo, empezando por quesos, vinos, sidra, cerveza, orujos y licores, dulces, sobaos, miel, mermeladas, hojaldres, conservas, carnes... Un gran surtido de producto y gracias a la colaboración de la Odeca y El Diario Montañés, y a la predisposición de todas las empresas que no han dudado en proporcionarnos una muestra de su producto para exhibirla en Fitur.

-Sin lugar a dudas. La formación es importantísima para poder desarrollarse posteriormente. Concretamente en la hostelería hay que tener en cuenta que es un sector que ha crecido muchísimo y ha pasado de ser algo local o regional para convertirse en una profesión global, para la que se requieren destrezas, aptitudes y conocimientos. En las escuelas, los profesores formamos alumnos para que puedan trabajar dentro o fuera de Cantabria y para que los restaurantes puedan subir de nivel, y para esto los profesores también tenemos que estar bien formados y al día. Nos reciclamos, por supuesto, vamos a ponencias y eventos como este de Fitur. También traemos a exalumnos que hoy tienen un nombre propio en la profesión o gente de fuera para que les trasladen sus experiencias, su recorrido y les aporten un punto de vista diferente. De todas formas, en el IES Peñacastillo tenemos la suerte de contar con una nutrida plantilla de profesores especializados y el enriquecimiento es diario.

-Para hablar del futuro de la cocina y el servicio, la situación tiene que dar alguna vuelta más de tuerca. Me refiero a que las condiciones tienen que seguir mejorando. Hay que intentar conciliar mejor la vida familiar y laboral del personal de la hostelería. No queda otra salida que apostar por la calidad de vida. Los horarios intempestivos es lo que más desanima a los futuros profesionales y confío en que se pueda mejorar.

-Mi trabajo como profesor es tan gratificante como cocinar. Cuando veo que mis alumnos llegan a donde se proponen, es lo que más me puede satisfacer. Los hay que tienen muy claro su destino y otros no tanto pero con esfuerzo y formación todo se consigue.

-Yo soy de los que aboga por una cocina tradicional con toques de autor porque poner en marcha cocinas evolutivas de dos y tres estrellas Michelin es muy difícil. Hay que tener buen producto y trabajar con ello.

-El reto es la presión de que todo salga bien y manejar el producto de Cantabria correctamente. A nivel gastronómico diría que los diez alumnos que llevamos, de diferentes institutos y escuelas, tienen claro que quieren dedicar su futuro a esta profesión, son aventajados y algunos de ellos ya han ganado algunos premios, tanto en sala como en cocina. Es triste decirlo pero no podemos satisfacer en estos momentos el 100% de la demanda que tenemos de camareros porque todos salen bien preparados y con trabajo asegurado. Hay muchísima competencia y si antes valía todo, ahora solo prima un buen servicio y, si es posible, saber un idioma.