El kéfir
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Cantabria en la Mesa ·
Originaria de los países del Cáucaso, esta bebida fermentada es de aspecto similar al yogur y tiene excelentes propiedadesALICIA DEL CASTILLO
Santander
Miércoles, 4 de octubre 2017, 16:36
El kéfir es un producto bebible de leche fermentada. Se dice que la palabra Kéfir, proviene del turco keif, que significa sentirse bien. El origen del kéfir se remonta muchos siglos atrás, cuando a los pastores de las montañas del Cáucaso acarreaban leche almacenándola ... en recipientes de cuero donde fermentaba generando un yogur agrio gaseoso.
Dicen que la longevidad de los habitantes de las montañas del Cáucaso es un misterio. Desde hace miles de años hay algo que no falta en su dieta: el kéfir. Y es esa longevidad de los pueblos, que tradicionalmente lo consumen, es lo que lo popularizó en Europa a principios del siglo XX. En nuestro país lo consumen, sobre todo, los trabajadores del sector sanitario ya que estimula el sistema inmunitario.
Tres tipos. Existen tres tipos de kéfir. de leche, de agua y de té o Kombucha (es una bebida fermentada de ligero sabor ácido), algunos opinan que el de agua es mejor que el de leche, pero el más extendido y conocido es el kéfir de leche.
Probiótico. La fuente de probióticos más conocida es el yogur. Sin embargo, el kéfir contiene muchos más. cerca de 30 microorganismos diferentes.
Sabor y textura. El kéfir tiene un sabor parecido al yogur, pero con una consistencia más líquida. Los granos de kéfir, formados por cultivos de levadura y bacterias lácticas, son unos granos de color blanco con aspecto similar al de la coliflor.
Valor nutricional. Depende de la calidad de la leche. En general aporta minerales, especialmente calcio, magnesio y fósforo. Es rico en vitaminas del grupo B (B1, B5, B9 y B12, biotina) y vitamina K; aminoácidos esenciales como el triptófano y proteínas de fácil digestión. Los niveles de lactosa disminuyen y se incrementa la concentración de enzima galactosidasa como consecuencia de la fermentación. El kéfir regenera parcialmente la flora intestinal, facilita la digestión y elimina problemas de estreñimiento.
Tiempo de fermentación. Entre 24 y 36 horas.
Los habitantes del Cáucaso creen que su poder de longevidad con vitalidad juvenil se debe a ingerir, desde la juventud, leche de yegua fermentada por kéfir, unos granitos blancos, blandos, formados por distintas levaduras y bacilos y que definido científicamente está compuesto por bulgaricus, sacharomices, kephir y leuconostoc caucasiano, esto es el hongo unicelular del género Torula.
La base para obtener el kéfir es la leche cruda de diversas procedencias, empleándose en el Cáucaso la de yegua, entre las de búfalo, oveja, cabra y vaca, sometida a la fermentación alcohólica acidular. En esta operación no solo se transforma el azúcar de la leche, si no también la albúmina y la caseína. Se trata de una peptonización en cuyo proceso se pierde cal y ácido fosfórico al propio tiempo que se produce una hidrólisis. Se forman además diferentes sustancias, como ácido láctico y carbónico, mecánico y butírico y acético y es una opción estupenda para las personas intolerantes a la lactosa.
En Turquía y la zona del Cáucaso, el producto se conocía con diferentes nombres. Así en Siberia los buriatas, los tunguses y tártaros lo llaman 'aroki' y también 'kummys'; pero en realidad viene a ser el mismo producto, obtenido por los granos de kéfir y que en definitiva es el único producto natural para obtener lo que en nuestro país conocemos por yogur, hoy elaborado con moderna maquinaria a partir de la leche de vaca, pero que en nada benefician al buen nombre de un producto que debe tomarse en su estado más primitivo, teniendo como precedente las asombrosas muestras de larga vida de los hombres de las estepas caucasianas.
Inicialmente el kéfir se elaboraba fermentando leche de camello. Posteriormente evolucionó para elaborarse con leche de yegua y, posteriormente a la leche de cabra y de vaca. Esta materia prima fresca sería la ideal, pero actualmente es casi imposible de acceder a ella. Numerosas personas han comprobado en la práctica cómo su kéfir crece sano en leche convencional directamente ordeñada, buscando siempre la mejor calidad posible y evitando con ello contaminaciones.
La principal virtud de este alimento, se centra en que es capaz de regenerar la flora intestinal y convertir los alimentos mal digeridos y en estado de putrefacción en asimilables.
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