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Es irreverente, ordenadamente alocada y satírica. Enunciaba el declive del grupo o, al menos, su fragmentación. Y, sobre todo, mostraba toda una visión y un lugar en el mundo.

Aunque inevitablemente irregular en su condición episódica, lo cierto es que ‘El sentido de la ... vida’, jocosa y provocadora, resume la identidad de los Monty Python. Pero si hay un icono que destaca en el filme es esa lúdica mirada sobre la glotonería, la gula y las ganas de comerse la vida. La desmesurada presencia del señor Creosota es una de las escenas más populares de la historia a la hora de vincular cine y comida. Junto a ‘La leyenda del indomable’ y los cincuenta huevos cocidos de Paul Newman y escabrosidades varias del gore más excéntrico, el episodio de ‘El sentido de la vida’ que discurre en un restaurante funde el disparate, el ingenio, la sátira, la náusea y cierta perversión.

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