Laury, un 'templo' de la carne roja a la parrilla cerca de Cuatro Caminos, en Santander

el restaurante de la semana ·
Una cocina tradicional y sencilla que se fundamenta en la calidad de las materias primas

José Luis Pérez

Santander

Lunes, 31 de octubre 2022, 15:01 | Actualizado 15:10h.

Imagen - José María 'Chefo' Cañedo está al frente del restaurante Laury desde 2006. — José María 'Chefo' Cañedo está al frente del restaurante Laury desde 2006.

En más de una ocasión hemos oído en una conversación con los amigos la frase de «me apetece comer una buena carne». En esos casos, la especialización de un establecimiento es un buen argumento para elegir sitio o recomendar y una garantía para cliente. La fama por la calidad no se gana en un día ni en un año; es una planta a la que hay que regar cada día.

En la santanderina avenida de Pedro San Martín, a pocos metros de Cuatro Caminos, el restaurante Laury es un buen ejemplo de cocina tradicional, sencilla, donde la clave está en la selección de materias prima de calidad y donde la parrilla, especialmente para las carnes, juega un papel destacado en la oferta culinaria. Aquí la carne es una 'religión', los chuleteros están a la vista y se puede advertir en los cortes la infiltración de grasa que luego se plasmará en jugosidad, terneza, sabor... Otra garantía es el proveedor, Camarsa, una empresa cántabra con una dilatada trayectoria y con una presencia notable en el ámbito de la restauración.

Chuletón

Sin duda, la opción más recomendable en este caso es el chuletón a la brasa con patatas y pimientos de Padrón, con un precio de 49 €/kg. Nota muy alta tanto para el chuletón que llega a la mesa en su punto, acompañado de sal gorda y con unas espectaculares patas fritas, cortadas muy finas y nada aceitosas.

Otras opciones son el entrecot a la brasa, el cabrito o sus chiletillas, también a la brasa, el solomillo con salsa de pimienta verde o queso azul o las carrilleras ibéricas estofadas al vino tinto.

Arroces y pescados

Otras referencias de la casa son los arroces –con almejas, con carrilleras y setas, negro con calamares y ali oli, marinero caldoso y la paella de marisco–, que se elaboran por encargo, y los pescados del Cantábrico. En este caso la mayoría se preparan a la plancha o al horno, caso del rodaballo, la merluza –también en salsa verde o marinera y rebozada–, el machote, el lenguado –también a la menier–, la lubina o el jargo. En estos casos, la disponibilidad están en función del mercado.

Siguiendo con las materias primas del mar, para los entrantes, no faltan las gambas frescas, los langostinos a la plancha o cocidos, sus colas al ajillo, las almejas al gusto, las zamburiñas a la plancha, el salpicón de marisco, el pulpo a la gallega o los mejillones al vapor o en salsa picante... Para otros mariscos, es preciso hacer un encargo previo.

Picoteo

La carta del Laury es amplia, generosa en especialidades clásicas capaces de satisfacer a todo tipo de paladares. Esto se plasma en el capítulo de entrantes y picoteo, donde llaman la atención algunas referencias imprescindibles de la casa, como es el caso de unas estupendas rabas de calamar fresco; de las croquetas de jamón, txangurro o carne de cocido; de los pimientos rellenos de txangurro o de setas y carne de cocido; de los pimientos de Padrón; del foie micuit casero; de la ensaladilla rusa de langostinos; de las albóndigas de merluza y langostinos o de las mollejas a la plancha, encebolladas o empanadas.

El restaurante cuenta con una carta de vinos de buen nivel, preferentemente con referencias clásicas y atinadas en precios. De postre, en esta ocasión, un cremoso arroz con leche...

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