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La respuesta a la pregunta sobre cuáles son las razones que mantienen vivo a un restaurante cuya carta es estable y tradicional la encontramos a diario en cada servicio del Asador Lechazo Aranda, un negocio que en 2024 celebrará su trigésimo aniversario y que 'gobiernan' con profesionalidad Goyo Palomero y Violeta Montes. Aquí hay cuatro claves para explicar la continuidad y la fidelidad del cliente: rigor en las elaboraciones tradicionales, calidad de las materias primas, cuidadas instalaciones y un servicio correcto.
Al Asador Aranda lo propio es ir a comer un lechazo asado en horno de leña, bien una ración o un cuarto compartido con otro comensal. Sin duda, el lechazo de raza churra con el sello de calidad IGPLechazo de Castilla y León es la seña de identidad de la casa, cuya entrada está presidida por un extraordinario horno donde se asan tanto los cuartos de lechazo con otras materias primas, caso del cochinillo.
En estos días previos a la Nochebuena el horno no cesa la actividad ni de día ni de noche para poder atender los encargos de clientes que de un año a otro reservan sus lechazos o cochinillos. Tras el esfuerzo, la familia Palomero-Montes cierra unos días para pasar estas fechas señaladas con sus personas más cercanas en tierras arandinas, de donde son originarios y de dónde llegan no solo los lechazos sino también otros productos, como por ejemplo un vino de la casa de viñedos propios:Valquemao 1907, DO Ribera del Duero.
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Lo habitual aquí es compartir unas entradas antes de ir al plato principal, que pueden ser tanto los citados lechazo o cochinillo, como unas exquisitas chuletillas de lechazo preparadas a la parrilla y presentadas en la mesa con sus propias brasas;un chuletón de carne roja o un solomillo a la plancha, con salsa de queso o de pimienta. Volviendo al picoteo, en frío hay varios tipos de ensaladas, los pimientos asados con anchoas, espárragos blancos y embutidos e ibéricos.
De la cocina salen raciones vinculadas al lechazo como los riñones, las mollejas o las manitas –en salsa–. Imprescindibles de probar las croquetas, la morcilla con pimientos, la chistorra o el revuelto de la casa. No faltan los torreznos y, en clave más marinera, el pulpo a la gallega, las rabas de calamar, el pudin de cabracho, los mejillones, las zamburiñas o las almejas en salsa verde. Entre los postres, destaca la clásica leche frita, que se ofrece con la posibilidad de flambearla con licor.
Con un precio de 48 euros, hay un menú que se compone de embutido ibérico, croquetas, morcilla con pimientos, lechazo asado, ensalada verde y postre a elegir. Incluye bodega, café y chupito.
Santander
Dirección: C/ Calle Tetuán nº 15, Puertochico.
Teléfono: 942 214 823.
Propietario: Gregorio Palomero.
Inaugurado: 1994.
Jefe de cocina: Valentín Rojo.
Sala: Gregorio Palomero y Violeta Montes.
Estilo de cocina: Tradicional, de producto con toques de actualidad.
Precio medio de la carta: 50-60 euros.
Menú degustación: 48 euros.
Capacidad: Unos 100 comensales.
Terraza: Sí.
Cierra: Lunes y martes noche. Vacaciones desde el 24 hasta los primeros días de enero
Bodega: Más de 150 referencias.
Wifi: Sí.
Aparcamiento: Tetuán.
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Ana del Castillo
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