La Machina y La Solía sacan al mercado las primeras anchoas con sabor a vermut

En el sector agroalimentario siempre hay margen para que emprendedores y productores con ganas de progresar y diferenciarse puedan sorprender al consumidor con novedades interesantes y originales. Este es el caso de Sergio López de Guereñu, de Conservas La Machina, en Santoña, un pequeño elaborador artesanal de anchoas, y de Óscar Solana, de Taberna La Solía, en Liaño, empresario de hostelería y bartender con numerosos premios en su haber. Ambos han aportado sus productos, su experiencia y su empeño para desarrollar un nuevo producto y, tras varios meses de pruebas, ensayos, muestras de laboratorio y catas, ahora lanzan al mercado una nueva elaboración, las anchoas con sabor a vermut, un bocado que no dejará indiferente a nadie.

Se trata de un concepto pensado en el aperitivo donde se han sabido conjugar la salinidad de la anchoa con el dulzor del vermut. El punto de partida son las anchoas de La Machina, un conservera que nació hace menos de dos años tras retomar Sergio la actividad que cesó de Conservas Ibaceta. «siempre he estado relacionado con el mundo de la anchoa, formo parte de la Cofradía y vi esto como una oportunidad. Deje mi trabajo y aposté por una conservera pequeña, con el registro artesanal, que limpiamos cada anchoa individualmente y que no escaldamos. Apenas somos siempre empleados y nuestra pequeña producción está enfocada al mercado gourmet a partir de una gran calidad», señala Sergio.

Por otro lado, Óscar, además de sus habilidades en el campo de la coctelería, siempre ha demostrado su voluntad de tener sinergias con otras empresas de Cantabria: «Si nos juntamos dos pequeños seremos el doble de grandes. Así he desarrollado una mermelada con La Artesano y estamos trabajando con Monper Chocolates para desarrollar un nuevo sabor, siempre a partir del vermut que elaboro con mi propia fórmula».

En este, a raíz de conocerse, ambos empezaron a compartir la idea. Sergio confiesa que «hemos hecho infinidad de pruebas y al laboratorio le hemos vuelto loco porque había que compensar cloruros sódicos con la humedad de la anchoa. El vermut tiene mucho agua y éste, más el agua de la anchoa, desequilibra los parámetros».

Para conseguir un resultado óptimo se ha hecho una reducción del vermut Óscar Solana que luego se unifica con el aceite. También se ha modificado la técnica de lavado de la anchoa, con salmuera a 18º para compensar la citada humedad.

Estas anchoas con vermut que llegarán al mercado en un horizonte de los 5-7 euros en formato octavillo, no lo hacen con la intención de revolucionar al sector, sino de ser un complemento: «Quienes ya la han probado se han sorprendido agradablemente y, aunque nos puedan tachar de cometer un sacrilegio con un producto tan sagrado como la anchoa, hemos de decir que se trata de productos diferentes como una moto de una bici. La producción será pequeña porque se prioriza la calidad y creemos que puede tener salida porque las vermuterías están de moda y este octavillo es ideal para la hora del aperitivo», comenta Sergio y ratifica Óscar. Ambos comparten la ilusión y confían en haber dado con la fórmula.