Máximo Bolado, pioneros en la crianza de vinos de solera

Fundada en 1870, es actualmente una de las bodegas más veteranas de Cantabria, dirigida por la quinta generación de la familia, los hermanos Martínez-Peñalver Obregón, quienes continúan con la tradición de su tatarabuelo, Máximo Bolado.

Los más dichos en la materia decían que el mejor vino blanco de España se encontraba en Valladolid. Hay opiniones para todos los gustos pero a esta misma conclusión llegó el fundador de esta bodega el siglo pasado cuando decidió ser de los primeros en introducir y comercializar los vinos de solera en la región. Y lo consiguió. Él mismo intercambiaba la mercancía a modo de trueque.

Desde Cantabria se desplazaba en las carretas típicas de la época hasta la meseta con productos de la huerta para traerse el vino blanco hasta la llegada del ferrocarril que mejoró las comunicaciones y cambió todo el sistema de transporte de mercancías, en este caso de los grandes garrafones de vino.

Esta empresa centenaria, que en algo menos de tres años celebrará su 150 aniversario, sigue apostando por la calidad que les dio a conocer y por ello mantienen la crianza del vino blanco de uva Pedro Ximénez producido en Montilla, Córdoba; y el vermut de Reus, de la misma bodega desde hace 90 años, para darles ese sabor que les ha distinguido a lo largo de su historia. Para conmemorar una fecha tan significativa, en los próximos meses pondrán a la venta un vermut selección, reserva especial de un litro.

Desde sus orígenes han embotellado su propia marca, Máximo Bolado, reconocida y valorada por sus clientes en toda la región y comunidades limítrofes. La calidad ha sido la clave de su continuidad, no solo para conservar la tradición familiar, sino para poder posicionar en el mercado un producto a la altura de su marca. Esto mismo, ha motivado que los hermanos Martínez-Peñalver Obregón se hayan comprometido con el negocio que su tatarabuelo puso en marcha en una época revolucionaria como fue la antesala de la Primera República.

Desde su fundación y durante más de un siglo, esta empresa mantuvo su sede en la Cuesta del Hospital, en pleno casco antiguo de Santander, donde la transformación de la ciudad comenzó a complicar, a finales de los años 80, las idas y venidas de los barriles, así como la entrada de los camiones cisterna que ya traían miles de litros de vino.

A comienzos de los años 90, los entonces propietarios, los hermanos Obregón López-Alonso, decidieron trasladar la empresa a la Ciudad del Transporte, siendo ellos los primeros inquilinos de este polígono a las afueras de la ciudad.

Cantabria es una región que mantiene el gusto y un gran consumo de los vinos de solera y es junto a la localidad gaditana de Jerez de la Frontera, donde se mantiene esa tradición de envejecer el blanco en barricas. Hoy, con una cartera de casi 800 clientes, Máximo Bolado sirve al año algo más de 350.000 litros entre vino blanco, vermut y mistela.

Gracias a los clientes que todavía mantienen la costumbre de almacenar los vinos para fermentar o envejecerlos en sus propias barricas, esta empresa sigue suministrando vino en garrafones para que el vino evolucione y adquiera diferentes aromas y matices. Otros formatos que han introducido recientemente son el 'bag in box' de 15 litros y el 'mini box' de 5 litros. A

demás de la venta directa a granel y en botellas, tanto para negocios de hostelería como para particulares, sus productos se pueden encontrar, dentro de la región, en lineales de Top Cash -venta mayorista-, supermercados Eroski y Carrefour. También cuentan con distribuidores que representan sus productos por todo el norte de España y zona de Castilla.

Bodegas Máximo Bolado cuenta con 11 depósitos que tienen una capacidad total de 60.000 litros. De ellos, seis (40.000 litros aproximadamente) son para vino blanco de Montilla uva Pedro Ximénez; tres (12.000 litros) para vermut de Reus y uno para mistela (3.000 litros).

El vino español vive un momento muy dulce gracias a la recuperación del consumo y a la elaboración de vinos de gran calidad, fáciles de beber y con una buena relación calidad-precio. Pero la popularidad del vermut es la que lleva un ascenso, por el momento imparable, tras recuperarse la tradición de volver consumir en el aperitivo esta bebida elaborada a base de vino blanco macerado y aromatizado con diferentes hierbas.