Máximo Bolado, el vermut de solera con la receta del abuelo

Con la 'espinita' clavada por no haber podido organizar un evento para celebrar el 120 aniversario en 2020, ya que coincidió con el peor momento de la pandemia, los responsables de Máximo Bolado se muestran satisfechos con los resultados y el crecimiento orgánico del último ejercicio, que les ha permitido alcanzar niveles previos a la crisis del covid. Precisamente ese mismo año Carrefour les distiguió como mejor pyme del año 2020 en Cantabria en el ámbito agroalimentario.

Tanto Íñigo como César y Asís tienen muy claro que si algo les distingue –y así tiene que seguir siendo– son el blanco y el vermut de solera, bebidas muy arraigadas en los bares de la región, asequibles por precio y de una calidad muy correcta para poder alternar en el día a día. La mistela es su tercera vía de negocio. Además, Máximo Bolado también ejerce como distribuidor para otras marcas de bebidas a partir de su valiosa capilaridad en el territorio regional, no en vano en Cantabria su red de clientes está en torno a un millar.

En los clásicos bares o tabernas de los pueblos de muchas comarcas de la región se mantiene 'vivas' las grandes barricas o toneles de vino blanco donde este evoluciona para conseguir una personalidad diferencial. De su cuidado y mantenimiento se ocupan los propietarios del establecimiento pero para que el blanco de solera, criado la flor de velo, sea apreciado por los clientes y tenga la necesaria regularidad es preciso un proveedor de garantías. Y es aquí donde Máximo Bolado, desde hace décadas, da respuesta a los hosteleros de la región con su vino blanco de la monovarietal PX.

Históricamente estos vinos se compraban a granel en la zona de Valladolid, eran los famosos blancos de Nava, pero cuando se puso de moda la uva de la variedad verdejo y se impulsó la DO Rueda, los viticultores comenzaron a especular con ello y se olvidaron de la venta a granel a empresas como ésta, que luego embotellas aquí, en concreto en sus instalaciones actuales en una nave en la Ciudad del Transportista.

Para encontrar un perfil de uva y de vino semejantes, los responsables de Máximo Bolado dirigieron su brújula al sur: en la zona de Jerez era imposible, pero en la zona de Montilla, al sur de Córdoba, encontraron la materia prima necesaria para dar continuidad a sus vinos. Desde hace casi dos décadas, trabajan con vino elaborado a partir de uvas de la varidad Pedro Ximénez, procedente de parcelas situadas en parajes con cierta altura, lo que proporciona matices al vino y «colabora a que te siente bien», apunta Íñigo.

El vino blanco llega ya filtrado y aquí, en una planta embotelladora, bien se dosifica en botellas de cristal, en packing box de cinco o de quince litros o en garrafones, todo depende de su destino comercial:el lineal, el negocio de hostelería sin toneles o los bares tradicionales que mantiene las barricas de solera.

Si el blanco de solera se mantiene en buenos índices de consumo y ventas, la bebida que más 'alegrías' da a los hermanos Martínez-Peñalver Obregón es el vermut de solera. En los últimos años las cifras de ventas se han incremetando significativa. Es tendencia en el aperitivo e incluso a las generaciones más jóvenes le está convenciendo.

Orgullosos de la fórmula, comentan los responsables de Máximo Bolado: «Mantenemos la receta desde la época de mi abuelo, César Obregón Bolado. Anteriormente teníamos proveedores, pero llegó el momento en que la empresa se decantó por tener su propio vermut».

Esta fórmula «secreta» tiene como base el mismo vino blanco de solera, al que se le incorporan 16 hierbas aromatizantes. Esos botánicos y el dato de que no se incorpore azúcar añadido, da como resultado un vermut apetecible, con un cierto amargor, más en la línea de Cinzano que de Martini, por poner como referencia a dos gigantes en este sector.

Al tener ya la base, el vino blanco el grado de alcohol, no se precisa el azúcar añadido para provocar las reacciones químicas consiguientes, y estos explica, a juicio de Íñigo, que «no te de dolor de cabeza, siempre que se consuma como la moderación imprescindible».

La tercera referencia de productos propios de Máximo Bolado es la mistela. Está elaborada con uva moscatel, también en el sur de España, y tiene un sabor espectacular a juicio de quienes aprecian estos vinos dulces. Su consumo está lejos de las dos referencias anteriores, pero aún hay costumbre en algunos círculos de tomar una 'copita' de mistela o del 'manchado' en los bares (mezcla de vino y mistela).

En la actualidad la empresa da empleo a ocho personas y sus responsables miran el optimismo con futuro, aunque no se oculta el deseo que se diese más apoyo institucional a la cultura tradicional del vermut y blanco de solera que tan arraigada está en la región, sobre todo en el medio rural.