Los mejores ejemplares de vaca frisona, este sábado en Torrelavega

Lo ratifica Fernando Ruiz, gerente de AFCA (la Asociación Frisona de Cantabria): «Estamos consumiendo mejor leche que nunca. Y frente a las modas que reivindican los sabores de antaño hay que señalar que ahora la producción de leche está más controlada que nunca y tenemos unos ganaderos muy profesionales, actualizado y vigilados, hasta el punto que la mayor garantía son todas las medidas preventivas que se adoptan».

Las estampas en blanco y negro que se conservan de los primeros ejemplares de frisonas que llegaron a Cantabria entre finales del siglo XIX y sobre todo en la primera década del siglo XX poco tienen que ver con las de los ejemplares que ahora se pueden ver en cualquier explotación y, ni que decir tiene, en concursos como el que el próximo sábado se va a celebrar en el Mercado Nacional de Ganados de Torrelavega. Desde las 10.30 h. hasta bien avanzada la tarde tendrá lugar el Concurso Regional de Ganado Vacuno Frisón 2024-XXVIII Memorial José Ruiz Ruiz que organiza AFCA. Quien no haya asistido antes a un certamen de este tipo se topará con ejemplares frisonas que son auténticas atletas y entre las que parece que está confirmada la presencia de la vaca más excepcional de la historia, Llinde Ariel Jordan, que tiene en su palmarés, de la mano de Agapito Fernández (SAT Ceceño) dos campeonatos regionales, cuatro títulos nacionales –algo nunca visto hasta la fecha– y dos campeonatos de Europa, conseguidos en Cremona.

Detrás de estas vacas sobresalientes y en general de todo el sector de la frisona actual hay un trabajo de mejora genética que durante años se ha desarrollado en Cantabria en la mano de AFCA. Esta Asociación Frisona de Cantabria, que preside Germán de la Vega, se ocupa tanto de llevar el libro genealógico de la raza como de realizar en las propias ganaderías los análisis correspondiente a partir de una recogida de datos que permite evaluar el control de rendimientos y certificar la calificación morfológica de cada ejemplar. Con todo ello, el ganadero dispone de los datos necesarios para seleccionar el semen sexado para inseminar a sus novillas o vacas de acuerdo al perfil que desea tenga su cabaña.

Pero que nadie se confunda, la frisona no es una raza autóctona de Cantabria, más bien lo contrario, llegó para desplazar a otras como menores rendimientos y aptitudes, como la roja pasiega. Precisamente fueron los pasiegos los primeros en introducir vacas de otros países para lograr más productividad y poder dar respuesta a partir de la segunda mitad del siglo XIX a la mayor demanda de leche que había en las grandes ciudades.

Primero llegó la raza suiza, pero con el paso del tiempo ésta dejó su sitio para pasar a ser mayoritaria a la raza frisona, una raza integrada que se ha aclimatado perfectamente al territorio de la cornisa cantábrica.

El nombre de la raza es derivado de la región originaria: Frisia. Sinónimo general es el de raza holandesa, por ser este país eminentemente exportador y quién más la dio a conocer fuera de su cuna, y en un principio en España.

La designación moderna de raza Holstein-Friesian, o simplemente Holstein, también Frisón-Holstein, de procedencia norteamericana, asocia ambos topónimos y parece imponerse a medida que se extiende la variedad que denomina.

Aunque no existe información exacta sobre la fecha de aparición de la raza frisona en España, sí se puede afirmar que fue a mediados del siglo XIX cuando se realizaron las primeras importaciones de este ganado, procedente de Holanda. Su destino mayoritario fue Cantabria, de la mano, como se ha dicho de los pasiegos.

A lo largo de la historia de la raza frisona en España, se pueden establecer dos épocas: el período europeo y el de la holsteinización. Hasta 1965 todas las importaciones de efectivos de hembras de esta raza se habían realizado de Holanda. En aquel tiempo, y debido precisamente a estas importaciones, predomina el morfotipo llamado en nuestro país 'línea europea', y a partir de las importaciones de Estados Unidos y Canadá la tendencia del mercado se fue inclinando hacía un mayor predominio en la demanda de sangre Holstein o 'tipo americano'.

Las vacas frisonas tienen por lo general un buen temperamento y son mansas, lo que las hace muy aptas para la ganadería, ya que son animales muy sociables y se adaptan bien a la vida del rebaño, facilitando el manejo y la cría.

En concursos como este se valoran su morfología, sus patas y pies y su sistema mamario.