El 24 de marzo de 2022 se publicó en la revista científica 'Environment International' un estudio realizado por unos investigadores holandeses que ha ocasionado una conmoción a todos los niveles relacionados con la nutrición y la salud. Se analizó la sangre de uno voluntarios para ... intentar detectar la presencia de residuos plásticos microscópicos en la sangre. El resultado superó todas las expectativas de los autores: el 80 por ciento de los analizados contenían micro partículas de plástico en la sangre en una concentración de 1,5 microgramos por mililitro.
Para que se den una idea, estas son las concentraciones a la que circulan por la sangre algunas hormonas. Hasta ahora solo se habían detectado microplásticos en heces, en especial, en niños alimentados con biberones de plástico. La idea es que los microplásticos que se ingerían se quedaban en el intestino y de ahí se eliminaban. Pero la tremenda posibilidad que abren los resultados del estudio holandés es que esos microplásticos se absorben, pasan a sangre y circulan por nuestro organismo metiéndose en nuestros órganos y pegándose a nuestras células.
Nos tienen obsesionados con lo del calentamiento global y estamos olvidando peligros más apremiantes como es la contaminación por plásticos de todo el planeta, a todos los niveles, desde la cima del Everest hasta las profundidades de los océanos. Esos microplásticos pueden acabar penetrando en nuestro organismo con el aire que respiramos y mediante la comida y bebida que ingerimos. Si no ponemos cuidado podemos recibir una dosis diaria de algunos millones de estos microplásticos al día.
El problema es muy preocupante y ya se están realizando investigaciones para confirmar este hallazgo pionero y comenzar a evaluar las posibles consecuencias que tiene esta invasión para nuestra salud. Hay estudios previos que muestran que estos microplásticos pueden adherirse a las células, incluso a la placenta.
Los microplásticos que encontraron en el estudio que estamos comentando, la mayor parte eran del tipo PET (Polietileno) que es el de las botellas de agua y refrescos. En segundo lugar, del tipo PS (Poliestireno) que es el plástico de los envases de carne y otros alimentos. Y en tercer lugar PP (Polipropileno) que es el plástico de recipientes de sopas, yogures y biberones.
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Peligro latente
Creo que esta información nos debe alertar sobre un peligro que está ahí y que podemos reducir sus efectos con una cierta disciplina en el manejo de los plásticos en relación con lo que bebemos y comemos.
De momento se recomienda reducir el consumo de los alimentos procesados y envasados en plástico, no reutilizar muchas veces una botella vacía de plástico, no calentar alimentos en el microondas dentro de un recipiente de plástico a no ser que sea un plástico especial y no usar biberones de cualquier plástico.
Ya en su día publicamos, desde estas mismas páginas, la información respecto a los tipos de plástico, el símbolo que los identifica en cada envase y su manejo alimentario seguro. Pero yo les recomiendo que consulten en Internet. Hay mucha información muy detallada y bien explicada que les servirá de ayuda.
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